Estrella parecía estar obsesionada por completo con la cocina, siempre que tenía tiempo, preparaba deliciosos platos para Claus. Claus disfrutaba de la buena comida, y confiaba en que Estrella podía organizar su tiempo, de manera adecuada para cocinar sin afectar sus estudios, así que no podía decir nada al respecto.

Ese día, después de comer, Rosalía hizo una videollamada. Estrella estaba jugando con su teléfono y contestó de inmediato. Mostró una dulce y bella sonrisa en la videollamada. —¡Abuela!

Rosalía también sonrió. —Estrella, ¿cómo has estado últimamente?

—Estoy bien, abuela. ¿Y tú? ¿Cómo te va en el extranjero? ¿Estás feliz? — Aunque habían tenido algunas videollamadas esporádicas, Estrella no había visto a Rosalía en un tiempo y la extrañaba muchísimo.

—Solo salgo a dar pequeños paseos todos los días. El aire en el extranjero es agradable, pero no me acostumbro a la comida aquí. Prefiero estar en casa, donde estoy acostumbrada a la comida de mi país—respondió Rosalía. Aho