Después de salir del hospital, Andrían todavía se sentía muy insatisfecho. Además, Caín también estaba a su lado instigándolo, diciendo que fue Claus quien organizó el ataque contra él cerca del club. En realidad, Caín había guardado rencor en su corazón. Quería vengarse de Claus, pero también temía que Claus lo atacara nuevamente como antes. No estaba seguro de tener la suerte de sobrevivir una vez más... Por lo tanto, cuando escuchó las quejas de su abuelo, decidió incitar a Andrían a darle una lección a Claus, diciendo:—Abuelo, si no tomas medidas esta vez, ¡Claus nunca te respetará!Andrían permaneció en silencio.Al ver que Andrían no dijo nada, Caín estaba a punto de intentarlo de nuevo. Antes de que hablara, Andrían levantó la mano y lo detuvo, luego dijo:—No digas más. Sé cómo hacerlo.Caín apretó un poco los labios, pero finalmente afirmó con la cabeza y respondió:—Sí, abuelo.Creía que Andrían solo estaba engañándolo. Pero, en realidad, era cierto que Andrían no quería co
El clima se estaba volviendo cada vez más frío. Ya Claus siempre estaba muy ocupado, no le prestó mucha atención al cambio del clima.Por lo general, solo él y Javier trabajaban en la oficina del presidente. Esta noche, Claus no pidió a Javier que trabajara horas extras y le dijo que regresara a descansar. Después de todo, Javier le había estado acompañando en el trabajo durante casi un mes. Además de las tareas en la oficina, Javier también tenía otros asuntos que atender. Tal vez no había tenido suficiente descanso en estos días. Claus se preocupaba por él, por lo que le permitió salir temprano.Justo esa noche, la temperatura en la oficina cambió, pero no había nadie que pudiera recordárselo. Claus estaba tan inmerso en su trabajo que tampoco se había dado cuenta. Después de todo, acababa de recuperar el control de la gestión de muchas empresas y necesitaba procesar rápidamente los documentos para evitar problemas con Andrés y Andrían.Después de terminar de revisar los documentos,
Pronto, llegó el médico y le hizo un examen físico a Claus.Claus se encontraba en una condición bastante peligrosa. El médico le colocó rápidamente suero intravenoso para bajarle la temperatura y aliviar el intenso dolor.Una vez finalizado el tratamiento, ya era de madrugada. Estrella se mantuvo junto a Claus todo el tiempo, cuidándolo. Al mismo tiempo, Javier también se enteró de la situación y llegó a la casa de Claus lo más rápido posible.Al ver a Javier, Estrella se levantó y no pudo evitar interrogarlo:—¿Qué pasó estos días? El estado de salud de Claus estaba mejorando, ¿por qué ha llegado a esta situación?Javier se sentía muy culpable y le contó todo lo que había ocurrido en esos días. Luego se disculpó con la cabeza agachada:—Lo siento, señorita. Es toda mi culpa. Después de que el señor despierte, aceptaré cualquier castigo que se me imponga.Tras conocer la verdad, Estrella agitó ligeramente la mano y dijo:—No es tu culpa.En realidad, tanto ella como el médico confirm
Sin embargo, al día siguiente, Claus seguía inconsciente en la cama del hospital. Estaba débil y somnoliento a causa de la medicina que le habían inyectado. Mas gracias a ello y a los cuidados de Estrella, su fiebre ya había cesado.A juzgar por el estado de Claus, era mejor que durmiera, después de todo, el cuerpo se recupera mejor de esta manera y a él le hacía falta bastante descanso. Estrella casi no se separaba de él, se sentía más aliviada si lo cuidaba ella misma que en vez de otra persona. Así, vigiló cada detalle de la salud de Claus para asegurarse de que todo estaría bien. Sin embargo, durante la ausencia de Claus, otro complot se estaba tejiendo en la empresa. Rosalía se encargaba de todo a su nombre durante esos días. Pero precisamente, uno de esos días, Andrés apareció en la sala de conferencias en el momento en el que se estaba llevando a cabo una reunión de accionistas. De hecho, a pesar de no haberse recuperado completamente de sus heridas, este justamente aparecía
A pesar de que Rosalía había envejecido, su gran liderazgo seguía presente. Con ella en la empresa, la gente no se atrevía a decir nada fuera de tono, ni a ser imprudentes.El médico de la familia realizaba visitas diarias para ver la evolución de Claus, al mismo tiempo que Estrella le administraba tratamientos en secreto. Para nutrir su cuerpo, utilizó todo el ginseng que se encontraba en el depósito del almacén. Lo preparaba en sopa y le daba a Claus un poco cada día. Estas sopas fueron hechas, todas y cada una de ellas, por la propia Estrella. Cuidaba muy bien de Claus y cuando lo hacía estaba tan agobiada que no podía ni cambiarse, y menos dormir tranquila. Cada día que el médico venía a verlo, comprobaba que, aunque Claus aún no se había despertado, su cuerpo se recuperaba a un ritmo más rápido de lo normal. En resumen, ya no estaba tan débil como antes. Al médico le parecía asombroso. Aunque utilizaba los mejores medicamentos, estos no estaban ni cerca de ser tan buenas como par
Estrella, no se alejó ni un solo momento y siguió cuidado muy bien a Claus durante todo ese tiempo, no pasó ni un solo día que no lo alimentara. Hasta que un día por fin, consiguió que Claus se despertara. Estrella casi lloró de alegría cuando lo vio abrir sus ojos.—Despertaste. ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? —Ni ella misma se dio cuenta de lo marcada que era la alegría en su voz. En cuanto Claus abrió los ojos, vio a la persona que más deseaba y anhelaba tener a su lado. Sonrió involuntariamente.—Estoy bien.—Es bueno que estés despierto —Estrella respiró con satisfacción. Sus esfuerzos habían dado frutos, al menos Claus estaba despierto. El mayordomo también esperaba en la puerta, al ver que Claus se había despertado, su rostro se llenó de sorpresa.—El señor Claus, por fin se ha despertado. No lo sabe, pero la señorita lo ha cuidado con gran esmero, durante los últimos días, tanto que ha dormido muy poco. —Trabajaste mucho —Claus levantó la mano y acarició el pelo de Estrell
Para Andrés y Andrían, la mejoría de Claus no era nada bueno. Ahora, el abuelo Andrés odiaba de verdad a la casa heredera, había asistido a la reunión aún con sus heridas. Rosalía no solo había demostrado su autoridad, sino también un comportamiento muy descortés con él. El rostro de Andrés era tan antipático que en ningún momento mostraba una expresión amable. Cuando los criados de la mansión de Andrés lo veían, todos preferían evitarlo, nadie se atrevía a meterse con él porque, ya que estaba pasando por un mal momento y tenían miedo de cavar su propia tumba. Andrés sostenía su taza de té y la apretaba con fuerza, preguntándose de dónde había sacado Claus tanta suerte. Tuvo una mala experiencia.…Entretanto, hubo una respuesta de las personas que Rosalía había enviado allí para investigar. Resultó que la causa de la enfermedad de Claus se debía al ambiente frío de su oficina en la empresa.Rosalía estaba en la mansión visitando a Claus y, cuando se enteró de la noticia, se puso fur
Rosalía se dirigió a la oficina inmediatamente después de abandonar la mansión y llevó a los guardias de seguridad a la oficina para interrogarlos. Solo había dos guardias esa noche, lo que hizo que fuera un proceso sencillo.—¿Quién de ustedes tenía acceso al aire acondicionado esa noche? —El rostro de Rosalía era frío y de todo su cuerpo emanaba una majestuosidad innegable. Los dos guardias de seguridad temblaban sin control.—La presidenta les hizo una pregunta, dense prisa y contesten —el guardaespaldas de Rosalía se quedó a un lado mientras observaba a los dos guardias de seguridad que se mostraban desconcertados, su mirada mostró su desagrado.Los dos guardias de seguridad parecieron calmarse un poco y procedieron a contestar: —Aquella noche nos turnamos para manejar los controles de todo el edificio. Nosotros nos encargamos de vigilar que la temperatura fuera constante.Rosalía los observó, ya tenía un pie en la tumba y no lo quería admitir.—¿Constante? —Preguntó con sarcasmo