Al abrir los ojos, Estrella mostraba una expresión de temor y fingía estar muy asustada. Incluso gritó al ver a los hombres corpulentos que estaban frente a ella:—¿Qué quieren hacer?Considerándola una chica sin fuerzas para enfrentarlos, los dos matones no prestaban atención a los pequeños movimientos de Estrella. Continuaban acercándose a ella, sin ocultar su codicia y lujuria.Estrella retrocedía constantemente, aparentando estar aterrorizada y les preguntó con una voz temblorosa:—¿Quién les encargó la tarea de secuestrarme? ¿Y qué quieren hacer ahora? ¡Ni siquiera los conozco!Los corpulentos respondieron sin rodeos:—Si puedes servirnos bien, te diremos la verdad…Dicho esto, rieron burlonamente, como si se mofaran de la inocencia de la chica.Estrella apretó los labios.En realidad, no quería enfrentar a esas personas. No había ofrecida resistencia alguna solo para saber quién la habían secuestrado. En realidad, esos matones no tenían la habilidad para enfrentarla, ni eran dign
Ellos eran los guardaespaldas de alto nivel asignados por su mentora, la señora Galve, para protegerla. Habían sido entrenados por su instructora y eran auténticos poseedores de habilidades destacadas en el arte de las peleas de calle. Aunque todavía eran inferiores en comparación con Estrella, ya habían superado a Héctor.Por lo general, la acompañaban en secreto y solo aparecían cuando Estrella se encontraba en peligro. Rara vez Estrella podía verlos, pero estaba consciente que siempre estaban alrededor, ya que su misión era protegerla.Cuando aparecieron y vieron a Estrella, la saludaron respetuosamente afirmando con la cabeza. Estrella también respondió con un sutil gesto de cabeza.No hubo más palabras, y sin dudarlo comenzaron a pelear con los matones.En realidad, esos matones carecían de profesionalismo en la lucha y demostraron ser incompetentes en comparación con ellos, que habían sido entrenados de forma profesional. En poco tiempo, los matones fueron derribados en el l suel
Los matones eran conscientes de que la persona que les había encargado la tarea era muy poderosa en la Ciudad Norte, por lo que no se atrevían a confesar la verdad. Sabían que hacerlo, definitivamente solo empeoraría las cosas. En comparación con eso, los azotes parecían más soportables.Después de todo, la que estaba frente a ellos era solo una simple chamaca, no sería tan cruel como las personas poderosas y controladoras.En realidad, Estrella comprendía sus pensamientos y no estaba dispuesta a pasarlo por alto, por lo que aplicaba más fuerza en los azotes, mientras amenazaba:—Piénsenlo bien. Si no me dicen la verdad, ¿creen que podrían salir ilesos de aquí?El dolor de los azotes era casi insoportable y finalmente hubo alguien que no pudo aguantarlo más y gritó:—Yo hablaré, ¡Lo diré!Estrella lo miró fríamente y dijo:—Bien. Habla rápido.El hecho de que estos matones hubieran soportado los azotes durante tanto tiempo, demostraba que tenían una buena resistencia.Sin embargo, ante
Mientras esperaba a las últimas noticias, Claus estaba tan nervioso que no pudo evitar dar vueltas de aquí y allí.Se preocupaba mucho porque ya era muy tarde y la situación de Estrella se volvía cada vez más peligrosa.Afortunadamente, Iván regresó con información útil. A través de las grabaciones de las cámaras de vigilancia, había deducido la ubicación aproximada de Estrella, ya que el coche negro había desaparecido en las afueras de la ciudad.Iván compartió la conclusión a Claus, aunque tampoco pudo asegurarlo.Después de todos, siendo amigo de Claus por tanto años, era la primera vez que Claus se había preocupado tanto. Aunque solía ser una persona de palabras afiladas, nunca había vacilado en ayudar a sus amigos en asuntos importantes.Claus expresó su gratitud por la información. Iván sabía que seguramente estaba muy nervioso, por lo que no dijo nada más, o simplemente le pidió que le informara cuando encontrara a Estrella. Claus aceptó, pero no dijo nada más.Antes de que Clau
Estrella se dio cuenta de los ruidos y vio que varias personas estaban a punto de entrar en la casa. Pensó que eran los refuerzos de los matones, y envió a uno de los guardaespaldas a averiguar que estaba sucediendo.Después de una breve observación, el subordinado regresó y susurró una sola palabra:—Burgos.Estrella se sorprendió un poco. Burgos... En Ciudad Norte, solo conocía a una familia con ese apellido. Y la persona que podría haber venido desde tan lejos buscándola, definitivamente sería Claus Burgos…Era comprensible. Después de todo, había pasado mucho tiempo desde tiempo de clases y no había dado ninguna noticia, por lo que el chofer debió haber informado la situación a Claus.Estrella reflexionó un momento y decidió rápidamente aturdir a los matones para evitar que dijeran algo que no debían. Los dos guardaespaldas también la ayudaron.—Retírense —les ordenó Estrella a ellos en voz baja y ellos salieron inmediatamente por las ventanas de la casa.Claus inspeccionó un poco
Javier se mantuvo a un lado en silencio y sin decir nada. Solo esperaba que el abrazo entre ellos terminara pronto. Sabía que, si interrumpía el abrazo, el jefe lo “acabaría”.Por fin, Claus soltó a Estrella y él se apresuró a preguntar:—Señorita, ¿qué es lo que ha sucedido realmente?Estrella le respondió inmediatamente:—Había dos hombres vestidos de negro que me salvaron. Pelearon con ellos y derrotaron a todos esos matones.Dicho esto, miró a Claus y preguntó:—¿Acaso no son tus subordinados?Claus frunció ligeramente el ceño, pero no respondió. En realidad, los subordinados que había asignado para proteger a Estrella la habían perdido desde hacía mucho tiempo. Sin embargo, decidió no decirle la verdad, temiendo que ella pensara que la estaba supervisando porque desconfiaba de ella.Al principio, no confiaba en ella. Sin embargo, después compartir tantas cosas juntos, esa desconfianza ya había desaparecido. Los subordinados que aún la seguían solo tenían la tarea de protegerla.Si
Claus permanecía en silencio sin decir nada. Un buen rato después le dijo a Javier:—Llévate a esas personas.¿Se atrevieron a secuestrar a alguien importante para él? Debian pagar por esto.Javier entendió lo que Claus quería hacer, porque él tampoco los dejaría salirse con la suya.Después de tenerlo todo arreglado, Claus y Estrella regresaron a casa.Rosalía y Yune habían estado esperando durante mucho tiempo. Al ver a Estrella regresar con Claus a salvo, finalmente se sintieron tranquilas. Rosalía se acercó corriendo y agarró el brazo de Estrella con fuerza, mientras decía:—¡Estrella! ¿Estás bien? Me preocupé mucho por ti…En la casa, Estrella había hecho lo posible por reconfortar a Claus. No esperaba que, al llegar a casa, también tuviera que consolar a dos personas más que la esperaban.En realidad, eso no le molestaba en absoluto. Porque sabía que ellos eran las únicas personas que todavía se preocupaban por ella en este mundo.Por eso, Estrella reconfortó a Rosalía con una vo
Desde hacía mucho tiempo, Claus había estado recopilando información sobre las actividades ilegales de Andrés y Andrían, así como las de sus equipos. No le importaba lo pequeño que fuera, recolectaba la mayor cantidad posible de detalles acerca de ese par.El secuestro de Estrella había sobrepasado el límite de Claus, y cada vez más le fortalecía la idea de sacarlos del juego de una vez por todas. Sin embargo, para asegurarse de no dejarles ninguna posibilidad de resistir, Claus decidió debilitarlos poco a poco. Los documentos que contenían las pruebas se acumulaban como una pequeña montaña sobre la mesa, evidenciando la cantidad de delitos cometidos en todos estos años.Con una expresión oscura y fría, Claus fijó su mirada en los documentos, como si estuviera observando algo imperdonable. Y en realidad, todos esos delitos eran verdaderamente imperdonables, no solo para la familia Burgos, sino también para los intereses del Grupo Burgos.Al entrar Javier a la oficina, percibió el aura