Mientras esperaba a las últimas noticias, Claus estaba tan nervioso que no pudo evitar dar vueltas de aquí y allí.Se preocupaba mucho porque ya era muy tarde y la situación de Estrella se volvía cada vez más peligrosa.Afortunadamente, Iván regresó con información útil. A través de las grabaciones de las cámaras de vigilancia, había deducido la ubicación aproximada de Estrella, ya que el coche negro había desaparecido en las afueras de la ciudad.Iván compartió la conclusión a Claus, aunque tampoco pudo asegurarlo.Después de todos, siendo amigo de Claus por tanto años, era la primera vez que Claus se había preocupado tanto. Aunque solía ser una persona de palabras afiladas, nunca había vacilado en ayudar a sus amigos en asuntos importantes.Claus expresó su gratitud por la información. Iván sabía que seguramente estaba muy nervioso, por lo que no dijo nada más, o simplemente le pidió que le informara cuando encontrara a Estrella. Claus aceptó, pero no dijo nada más.Antes de que Clau
Estrella se dio cuenta de los ruidos y vio que varias personas estaban a punto de entrar en la casa. Pensó que eran los refuerzos de los matones, y envió a uno de los guardaespaldas a averiguar que estaba sucediendo.Después de una breve observación, el subordinado regresó y susurró una sola palabra:—Burgos.Estrella se sorprendió un poco. Burgos... En Ciudad Norte, solo conocía a una familia con ese apellido. Y la persona que podría haber venido desde tan lejos buscándola, definitivamente sería Claus Burgos…Era comprensible. Después de todo, había pasado mucho tiempo desde tiempo de clases y no había dado ninguna noticia, por lo que el chofer debió haber informado la situación a Claus.Estrella reflexionó un momento y decidió rápidamente aturdir a los matones para evitar que dijeran algo que no debían. Los dos guardaespaldas también la ayudaron.—Retírense —les ordenó Estrella a ellos en voz baja y ellos salieron inmediatamente por las ventanas de la casa.Claus inspeccionó un poco
Javier se mantuvo a un lado en silencio y sin decir nada. Solo esperaba que el abrazo entre ellos terminara pronto. Sabía que, si interrumpía el abrazo, el jefe lo “acabaría”.Por fin, Claus soltó a Estrella y él se apresuró a preguntar:—Señorita, ¿qué es lo que ha sucedido realmente?Estrella le respondió inmediatamente:—Había dos hombres vestidos de negro que me salvaron. Pelearon con ellos y derrotaron a todos esos matones.Dicho esto, miró a Claus y preguntó:—¿Acaso no son tus subordinados?Claus frunció ligeramente el ceño, pero no respondió. En realidad, los subordinados que había asignado para proteger a Estrella la habían perdido desde hacía mucho tiempo. Sin embargo, decidió no decirle la verdad, temiendo que ella pensara que la estaba supervisando porque desconfiaba de ella.Al principio, no confiaba en ella. Sin embargo, después compartir tantas cosas juntos, esa desconfianza ya había desaparecido. Los subordinados que aún la seguían solo tenían la tarea de protegerla.Si
Claus permanecía en silencio sin decir nada. Un buen rato después le dijo a Javier:—Llévate a esas personas.¿Se atrevieron a secuestrar a alguien importante para él? Debian pagar por esto.Javier entendió lo que Claus quería hacer, porque él tampoco los dejaría salirse con la suya.Después de tenerlo todo arreglado, Claus y Estrella regresaron a casa.Rosalía y Yune habían estado esperando durante mucho tiempo. Al ver a Estrella regresar con Claus a salvo, finalmente se sintieron tranquilas. Rosalía se acercó corriendo y agarró el brazo de Estrella con fuerza, mientras decía:—¡Estrella! ¿Estás bien? Me preocupé mucho por ti…En la casa, Estrella había hecho lo posible por reconfortar a Claus. No esperaba que, al llegar a casa, también tuviera que consolar a dos personas más que la esperaban.En realidad, eso no le molestaba en absoluto. Porque sabía que ellos eran las únicas personas que todavía se preocupaban por ella en este mundo.Por eso, Estrella reconfortó a Rosalía con una vo
Desde hacía mucho tiempo, Claus había estado recopilando información sobre las actividades ilegales de Andrés y Andrían, así como las de sus equipos. No le importaba lo pequeño que fuera, recolectaba la mayor cantidad posible de detalles acerca de ese par.El secuestro de Estrella había sobrepasado el límite de Claus, y cada vez más le fortalecía la idea de sacarlos del juego de una vez por todas. Sin embargo, para asegurarse de no dejarles ninguna posibilidad de resistir, Claus decidió debilitarlos poco a poco. Los documentos que contenían las pruebas se acumulaban como una pequeña montaña sobre la mesa, evidenciando la cantidad de delitos cometidos en todos estos años.Con una expresión oscura y fría, Claus fijó su mirada en los documentos, como si estuviera observando algo imperdonable. Y en realidad, todos esos delitos eran verdaderamente imperdonables, no solo para la familia Burgos, sino también para los intereses del Grupo Burgos.Al entrar Javier a la oficina, percibió el aura
Sin embargo, Claus no le daría ninguna oportunidad y no sentía compasión alguna por Caín. Continuó sin detenerse:—Además, este señor siempre participa en carreras ilegales con el Lamborghini comprado con el dinero de la empresa, por lo que el coche será recuperado. Este coche era una edición limitada. Caín se había esforzado mucho para persuadir a Adrián y obtenerlo. Andrían pensaba regalárselo a Caín como recompensa por haber obtenido la posición de gerente de proyecto. Sin embargo, aprovechando la excusa de necesitar un coche para las demandas operativas del proyecto, utilizó dinero de la cuenta del grupo, por lo que este Lamborghini no le había costado ni un peso a Andrían o a Caín. Con todas esas pruebas en su contra, no tenían ninguna oportunidad de argumentar.El corazón de Caín casi se partía por la decisión de Claus, y su resentimiento hacia él aumentaba drásticamente. No entendía cómo Claus podía estar tan orgulloso. Después de todo, ahora solo tenía el poder para gestionar
Después de la reunión, Caín no quería quedarse ni un segundo más en la sala y regresó de inmediato a su oficina. Se sentó en la silla, pero todos los documentos que estaban sobre la mesa terminaron en el suelo. Gritó de ira:—¡Claus Burgos! ¡Maldito seas! ¡Cómo te atreves!La imagen que había cuidado meticulosamente frente a los accionistas había desaparecido por completo. Cada vez que pensaba en Claus, no podía evitar apretar los dientes de rabia. ¡Quería destrozarlo!Pero no podía hacerlo, ni él ni Andrés ni Andrían. Claus ya ocupaba una posición alta y poderosa en el grupo, y no era fácil de ofender…Aunque todavía estaba muy enojado, entendió muy bien la situación actual: Claus quería despojarlo de su puesto como gerente a través de este asunto.Si perdía realmente el puesto, tendría muchos obstáculos en su camino para luchar contra Claus en el futuro. Además, se había esforzado mucho por obtener esa posición y no podía abandonarla tan fácilmente.Pero eso significaba que tendría
Andrían y Caín creían que Claus los dejaría en paz una vez que recuperaran el dinero. Sin embargo, subestimaron la determinación de Claus de proteger a su prometida y la importancia de Estrella en su corazón.Caín estaba muy molesto. Despreciaba profundamente a Claus y no quería que lo oprimiera. Especialmente después de haber sido avergonzado frente a tanta gente en la reunión, ¿cómo podría seguir trabajando en la empresa después de eso?Se enfadaba cada vez más y no quería quedarse en casa. Justo en ese momento, recibió un mensaje de un amigo invitándolo a salir. Sin dudarlo, aceptó la invitación al instante. Pronto llegó al club nocturno y se dirigió a la sala privada. La música estaba a todo timbal. Al entrar, le entregaron un vaso bien grande de cerveza que se bebió de un solo trago.Todos los presentes eran amigos cercanos. No eran precisamente personas de buena reputación. Caín se sentó en el sofá sin decir palabra, bebiendo copa tras otra como si así pudiera deshacerse de lo q