Claus también sabía del debate de Estrella y quiso ir a verla. Ella no se lo contó, fue el director quien le envió el mensaje.

Por la mañana tenía una reunión importante a la que no podía faltar, así que cuando se hizo más tarde, Claus apareció en el segundo piso, en la mesa VIP. Ahí había té y fruta que el director había ayudado a preparar.

Javier se puso al lado de Claus.

—¿Señor, necesita algo más? Lo prepararé enseguida.

—Silencio —negó Claus con la cabeza.

Javier dejó de hablar de inmediato, entonces vio que la mirada de su propio patrón se posaba en la joven, mirando fijamente sin ocultarlo. Los labios de Javier se crisparon; si pudiera elegir, nunca vendría a ver a Claus comer pan enfrente de los pobres. Nadie era más complicado que él.

El auditorio de la Escuela Secundaria NS estaba dividido en dos plantas, la panorámica que se podía apreciar desde el segundo piso era la mejor. No solía abrirse fácilmente a los forasteros, y el director solo invitaba a subir cuando venía gen