Estrella frunció fuertemente el ceño por preocupación. Para ser honesta, la situación de Claus no era nada optimista.

Era la primera vez que Estrella trataba a un paciente maniaco y nunca había visto síntomas similares.

A pesar de todo, no estaba en pánico. Después de todo, había curado muchos casos raros y difíciles. Solo cuando todos los síntomas aparecieran, podría decidir qué medicina y tratamiento adoptar.

Poco después, llegaron Rosalía, Yune y Zamora, todos con expresiones de preocupación.

Yune fue la primera en preguntar:

—Noa, ¿qué le pasó a Claus? ¿Por qué tiene una enfermedad tan grave de forma tan repentina?

En ese momento, Claus se acostaba en la cama con el ceño fuertemente fruncido y las mejillas sonrojadas. Obviamente, se sentía muy incómodo.

— Claus no tenía problemas de salud, ¿verdad? ¿Por qué tiene una fiebre tan grave de repente? —también preguntó Rosalía.

—Tampoco lo sé, de repente se puso así —dijo Estrella, explicándoles brevemente sobre el proceso del ataque.

En