Al ver que ella no quería hablar más del asunto, Alex tampoco quiso hacerla sentir más triste y simplemente acarició su cabello para reconfortarla:

— No importa, todo eso ya pasó. ¿Qué te gustaría comer? Vamos a comer juntos.

Estrella pensó un rato y empezó a enumerar con los dedos:

—Quiero comer paella de pato y mariscos, también carne asada y hotpot…

Era evidente que lo que quería comer no estaba en el mismo restaurante, pero Claus no dijo nada y parecía no estar molesto. Simplemente respondió con voz suave y amable:

—No hay problema.

Claus se acercó a ella y tomó su mano. Estrella no se resistió y lo siguió obedientemente detrás de él. Los dos se fueron tomados de la mano, pareciendo estar en una relación muy íntima.

Sin embargo, no esperaban que Isabel, que estaba de mal humor y había venido aquí para desahogarse, los hubiera visto. Ella se escondió detrás de una grieta para ver qué estaba haciendo su desafortunada rival. Poco después, Claus llegó, pero ella no pudo escuchar los mu