Para el lunes los regalos de Estrella se habían vendido. Depositó todo el dinero que consiguió en su tarjeta bancaria y luego fue a ver a Héctor a la enfermería. Una alumna tenía dolor de estómago y Héctor le estaba dando una receta. Estrella no entró enseguida para evitar otro malentendido y esperó a que se hubiera ido. Héctor guardó el frasco de pastillas y se sorprendió un poco al ver a Estrella.—Jefa, ¿qué haces por aquí?Normalmente Estrella solo venía los miércoles y los viernes. —Ayúdame a ingresar este dinero en la Fundación Deseos Estrella —puso la tarjeta sobre la mesa. La Fundación Deseos Estrella había sido creada por ella para proyectos de caridad.Héctor asintió y tomó la tarjeta. Luego preguntó en tono de broma:—¿De dónde sacaste tanto dinero?—Lo conseguí vendiendo regalos de cumpleaños —contestó a la ligera. No planeaba ocultarlo.Héctor comprendió.—Esto cuenta como una buena acción para ganarse el cielo por parte de los que tienen dinero. Habiendo tanta gente ri
Por la tarde, después de clases, Estrella llamó al chófer y le pidió que la esperara un rato en el callejón. Luego llamó a Fátima y le pidió que saliera a encontrarla.Fátima estaba confundida cuando recibió la llamada. No esperaba que Estrella tomara la iniciativa. De casualidad, Juan estaba con ella y tenía cara de "lo sabía". —¿Ya ves? Justo como pensaba, Estrella es una persona piadosa y aún te considera una madre.—¿Y qué voy a hacer ahora? —Fátima estaba demasiado contenta para saber qué hacer. Su voz temblaba un poco.—¿Qué más podrías hacer? Obviamente vas a ir con ella. Tengo una cena esta noche pero no te preocupes, no te haré ir. Relájate y ocúpate de tus asuntos primero —dijo Juan mientras palmeaba el hombro de Fátima. —De acuerdo —asintió Fátima.A Fátima le preocupaba que se le agotara la paciencia a Estrella si esperaba demasiado. Después de cambiarse de ropa, fue rápidamente a la cafetería que había junto al colegio de Estrella.Cuando llegó, Estrella ya llevaba un ra
Después de estas palabras, Estrella sintió que ya no había necesidad de quedarse. Recogió su mochila y se dispuso a volver. Pensó que había dicho lo suficiente, y si Fátima tenía un poco de respeto por ella y por sí misma, no volvería a molestarla. Fátima vio el movimiento de Estrella. Dio un paso rápido y tomó su mano suplicando:—Estrella, ahora tienes poder. Mamá te necesita. Ayúdame esta vez por el bien de tu abuela. Necesito ganarme un lugar en la familia Castro.Estrella miró a Fátima, ¿ya ni siquiera se molestaba en ocultar sus verdaderas intenciones? No sabía cómo describir sus sentimientos. De alguna manera estaban influenciados por sus lazos sanguíneos. Aunque pensaba que ya no le importaba, inevitablemente sentía un escalofrío cuando Fátima la utilizaba como moneda de cambio para sacar ventaja. Se preguntó qué significaba a sus ojos. Aparte de utilizarla, ¿había siquiera un atisbo de amor maternal? Pero eso estaba bien ahora, dado que Fátima no se preocupaba por ella, no t
Estrella salió. Respiró hondo y se tranquilizó antes de llamar al presidente del Grupo Estrella Imperial, Yael Huerta. —Yael, soy yo. —Encontró una esquina y habló en voz baja.La persona al otro lado respondió de inmediato con respeto.—Señorita, cuáles son sus órdenes.—Mañana irás personalmente al Grupo Castro y les entregarás el proyecto que estamos desarrollando en la ciudad Z. Diles que Fátima lo presentó.No quiso faltar a su palabra tras habérselo prometido a Fátima. Sin embargo, también había dicho que solo la ayudaría una vez. A partir de ahora, no se ablandaría con ella.Estrella no sabía si reír o llorar cuando terminó su relación con el proyecto. Un ser humano vivo como Fátima era menos importante que estas cosas inanimadas. —¿Por qué haces tanto por el Grupo Castro? —preguntó Yael con suspicacia.A veces Estrella era demasiado perezosa e incluso para gestionar la empresa solía dejar las cosas en manos de sus subordinados, quienes se encargaban de todo. Era raro que Estr
Después de la cena, Estrella se fue al sofá a jugar un videojuego. Claus, que ahora estaba interesado en acercarse a Estrella, fue junto a ella.—¿Es un juego nuevo? ¿Es divertido? —le preguntó despreocupado.El juego que Estrella estaba jugando no lo había sido diseñado ella, sino que ya estaba disponible en el mercado. La publicidad del videojuego le pareció atractiva e interesante, y pensó que la persona que lo creó tenía talento. Si tuviera la oportunidad, le gustaría conocerlo. —Es muy divertido, ¿quieres probarlo?Estrella sabía que Claus estaba ocupado dirigiendo la empresa en ese momento, y que probablemente no tendría tiempo para jugar, así que pensó que solo se lo estaba preguntando porque sí. No esperaba que Claus aceptara y se sentara justo a su lado.—No se ve mal.Cuando se trataba de juegos, era algo que interesaba a Estrella. Podría estar hablando con Claus de videojuegos tres días y tres noches y no tendría ningún problema. Después de escuchar las palabras de Claus, el
Al día siguiente, Yael se dirigió al Grupo Castro. Cuando llegó a la recepción, se identificó de inmediato y la recepcionista informó enseguida, y de forma frenética, a Juan. ¿Cómo podía una persona tan importante aparecer en una empresa tan pequeña como la suya? Al escuchar el nombre del Grupo Estrella Imperial, Juan bajó corriendo desde el piso superior. Fátima, que ahora ayudaba ocasionalmente en la empresa, tenía su despacho justo al lado del de Juan. Al ver los pasos apresurados de Juan, Fátima se apresuró a seguirle, preocupada por si había ocurrido algo. Al llegar a la recepción, Juan se arregló el traje antes de acercarse. Miró a Yael, y solo entonces se dio cuenta de que aquel rostro aparecía de vez en cuando en las revistas de economía. La recepcionista tampoco le había dejado las cosas claras, solo que alguien del Grupo Estrella Imperial había venido. No esperaba que fuera el propio presidente. Juan nunca había estado tan nervioso como ahora- Se frotó las manos, entró y d
—Tiene razón. Pondremos todo nuestro empeño en el proyecto que nos ha encomendado —Fátima se hizo eco solícitamente. Yael no quiso decir más y dirigió una mirada al ayudante que estaba detrás. El asistente sacó inmediatamente los documentos, Yael los cogió y se los entregó a Juan. —Ustedes échenle un vistazo. Si no hay ningún problema firmaremos y comenzará oficialmente la colaboración —empujó el documento delante de la cara de Juan. Después de recoger el documento y mirarlo detenidamente, Juan tragó saliva.—Señor Huerta, ¿está seguro de querer darnos este proyecto? —No podía creerlo puesto que se trataba de un proyecto de 30 millones de dólares.—¿Por qué? ¿No se ven capaces? —Yael levantó una ceja.El proyecto que Estrella había elegido era relativamente sencillo y se ajustaba a los objetivos actuales de la empresa de Juan. Aunque se necesitarían ciertos contactos para dirigir adecuadamente este proyecto, ahora Yael estaba actuando como intermediario. Además, el proyecto que Estr
Fátima no dijo mucho más y tampoco mencionó que fue Estrella quien le presentó a Yael. Fátima se ofreció a acompañar a Yael a la salida y él no se negó. Juan pensó que Fátima tenía algún tipo de conexión con aquel hombre llamado Yael, así que los dejó irse. Mientras tanto, él se quedó en su despacho mirando el contrato con gran emoción. Solo cuando llegaron al estacionamiento, Fátima preguntó:—Señor Huerta, ¿la persona que le ha enviado aquí fue Estrella? Estrella y usted… ¿Cómo se conocen?Después de su reunión con Estrella, Fátima había estado reflexionando sobre eso en el camino de regreso. Había creído que las palabras de Estrella solo eran palabras vacías. Era una suerte que Estrella conociera a la familia Burgos, pero ¿cómo iba a conocer al presidente del Grupo Estrella Imperial? Así que cuando volvió, Fátima no se lo contó a Juan y se lo tomó como una broma. No esperaba que Yael viniera de verdad. Le preocupaban las actividades que Estrella llevaba a cabo en las sombras. Si