Por otro lado, el Segundo y el Tercer Tíos abuelos ya estaban preparando una fiesta de celebración. Creían que el Grupo Burgos ya estaba en sus manos y que cuando cayera Rosalía, caería toda la casa principal. —Vamos, hermano, a partir de ahora disfrutaremos juntos de esta posición que está por encima de todas las demás y nunca más tendremos que vivir mirando la cara de esa vieja zorra —dijo el Segundo Tío abuelo con la cara enrojecida, bebía vaso tras vaso.—Hermano, llegaste a ese puesto por una muy buena razón, todo el mundo conoce tus capacidades y hoy estoy aquí para felicitarte por adelantado —el Tercer Tío abuelo levantó su copa y se bebió el vino de un trago. Había trabajado a las órdenes de su segundo hermano durante muchos años y sabía que, más tarde, cuando llegaran los beneficios no iba a olvidarse de él. A diferencia del hermano mayor que siempre reprimía sus acciones. Estaba más dispuesto a apoyar a su segundo hermano que a su hermano mayor porque los dos son muy pareci
La segunda y tercera casa estaban esperando que la anciana diera su último suspiro cuanto antes. Sin embargo, al día siguiente llegaron noticias del hospital: el estado de la anciana había mejorado y había salido del coma. Se estabilizó y fue trasladada a la sala general tras medio día de observación.Estrella y Claus estaban presentes. Habían estado en el hospital todo el tiempo y no se habían alejado ni un solo paso. Cuando se enteraron de que la anciana había mejorado, acudieron de inmediato. El rostro de Rosalía ya se estaba coloreando de un rojo potente, se había sonrojado y parecía de buen humor. —Creí que no volvería a verte —Rosalía se lamentó.Estrella se acercó y se sentó junto a la cama de Rosalía.—Abuela, eres una buena persona y por eso Dios te ayudará. Te ha favorecido, ya verás, tu enfermedad se curará pronto. Creo que el futuro será cada vez mejor.—Eres la única que sabe decir cosas bonitas. Aún tengo que cargar a tu bebé y al de Claus, así que por supuesto que no p
Por otro lado, Yune sentía que se le iba a caer el pelo del estrés. Acababa de ocurrir un acontecimiento muy grande. Rosalía volvió a caer enferma y ella tuvo que ocuparse de muchas cosas, pasó la noche realizando tareas diversas pero no improductivas.Al final, gracias a que los apaciguó, los accionistas aplazaron la reelección del presidente hasta que Rosalía se encontrara lo suficientemente mejorada como para discutir los detalles. Al fin y al cabo, nadie podía igualar la contribución de Rosalía a la empresa a lo largo de los años. De hecho, las palabras del Segundo y Tercer Tíos abuelos no eran del todo infundadas. Era cierto que en los últimos años no se habían desarrollado nuevos proyectos en el Grupo Burgos bajo la dirección de Rosalía y que la actividad de la anciana era mucho más baja que antes. Cuando se quedaba despierta hasta tarde para ocuparse del papeleo, tenía que beber taza tras taza de café para refrescarse, su cuerpo tampoco sería capaz de soportar esto por mucho ti
Rosalía recuperó la salud y, por supuesto, todos se alegraron. Pero su recuperación era sospechosa, como si hubiera sido verdaderamente obra de Dios. Todos sabían que la realidad era temible y que la enfermedad era la que era, sobre todo, con este tipo de casos médicos. No existía la casualidad. Zamora hacía su seguimiento, así que siempre estuvo al tanto del estado de Rosalía, él era quien mejor conocía la salud de Rosalía. La vio cuando su cuerpo estaba completamente agotado y solo le quedaba un suspiro, cuando incluso los latidos de su corazón y su respiración se habían vuelto débiles. Pero ahora, en cambio, la anciana se encontraba bastante bien, fue capaz de regresar de aquel túnel oscuro.¿Cuál era la razón de su mejora?, Zamora no se lo creía, debía haber alguna explicación. Por eso, volvió a examinar todo su cuerpo mientras Rosalía dormía, sin dejar de lado ni un solo detalle. Finalmente, en las venas de la anciana, Zamora encontró la marca de una aguja, había tres o cuatro en
En aquel momento, aparte del médico y la enfermera, Estrella fue la única que entró a la UCI. Aunque Estrella intentara ocultarlo, Claus sabía que era muy buena en el campo de la medicina. El rescate en el almacén, su herida en la pierna y la manía causada por el insomnio, todos ellos se habían aliviado gracias a la intervención de Estrella. Todo apuntaba a ella. ¿Podría ser realmente ella quien salvó a Rosalía? En la mente de Claus, Estrella no era más que un juguetito que le intrigaba. Pero ahora, la situación era más complicada y no tenía en claro lo que significaba todo esto. Tenía sentimientos encontrados y sus emociones eran complicadas. Por la mañana Estrella volvió al Palacio Imperial. Como el estado de Rosalía se había estabilizado, ella le dijo que no quería retrasar sus estudios, que volviera y descansara un poco. Como Estrella no podía ser de ninguna ayuda ahora, volvió como le habían dicho. Claus ya no tenía forma de preguntarle, aunque quisiera hacerlo. Tras sofocar l
En una elegante casa club de estilo oriental.La casa club era propiedad del Segundo Tío abuelo, un lugar con buena privacidad, muy conveniente para mantener conversaciones sin que nadie espiara. Tras enterarse de que la anciana estaba bien e incluso mejor que antes, los tíos abuelos se pusieron muy ansiosos y se reunieron inmediatamente para discutir qué hacer a continuación. El Segundo Tío abuelo estaba tan enfadado que se sentaba y se levantaba como si fuera un petardo a punto de estallar, estaba muy inquieto.—La cuñada tiene una vida muy dura, es obvio que irá al infierno muy pronto, pero la han echado de regreso con nosotros, ¿no es evidente que nos viene a crear más problemas?—No será nada bueno que la cuñada se recupere —el Tercer Tío abuelo asintió con la cabeza—. Tendremos que encontrar otra forma de inmovilizar a la cuñada para que no pueda seguir con su trabajo y de paso despejar parte de su círculo íntimo, entonces no tendrá elección.—Es fácil decirlo, pero ¿qué haremos
En la habitación privada no solo estaban los Tíos abuelos, sino también Jonathan y Caín, quienes fueron convocados por ellos y se habían acercado únicamente después de que terminara el alboroto que acababan de presenciar. Al ver los trozos de vasos en el suelo, supusieron que había sido uno de los camareros el que había molestado a los dos ancianos. Jonathan dijo inmediatamente en voz alta en dirección a la puerta.—¿No trabajas aquí o simplemente no sabes ni limpiar cuando el suelo está sucio?Justo después de despedir al camarero, el gerente oyó la voz de Jonathan. No se atrevió a llamar a nadie más y fue a limpiar los escombros él mismo.—Lo lamento, cordiales invitados, lo limpiaré inmediatamente.Tras barrerlo con gran eficacia, les cerró la puerta, moviéndose tan rápido como si una estampida de bestias lo persiguiera detrás.—Abuelo, ¿qué pasó con nuestro tío abuelo? —Jonathan fue un poco más atrevido y tomó la palabra para preguntar. —Es porque un sujeto que no sabe comportars
La salud de Rosalía había mejorado y su vitalidad era buena. Yune lloró de alegría cuando se enteró de esto. Los días en que había trabajado duro no habían sido en vano, menos mal que Rosalía despertó, si no, no sabría qué hacer.—Mamá, no vuelvas a asustarme así —la voz de Yune estaba ligeramente entrecortada mientras tomaba la pálida y vieja mano de Rosalía. Rosalía también le agarró la mano.—Tienes que estar siempre preparada, la Muerte no me ha llevado esta vez, quizás la próxima…Antes de que pudiera terminar la frase, fue interrumpida por Yune.—¡Mamá, no voy a permitir que digas cosas de mal augurio! Vas a vivir hasta muy avanzada edad y estarás siempre con nosotros.—Bien, bien, haré lo que me digas —la mirada de Rosalía era cariñosa, tampoco tenía alternativas. —Abuela, mi tía tiene razón, seguro que vivirás mucho más si cuidas tu salud desde ahora —Estrella le siguió con palabras amables a su lado.—Estrella es de buen verso, Claus, ojalá tú fueras la mitad de elocuente qu