Rosalía recuperó la salud y, por supuesto, todos se alegraron. Pero su recuperación era sospechosa, como si hubiera sido verdaderamente obra de Dios. Todos sabían que la realidad era temible y que la enfermedad era la que era, sobre todo, con este tipo de casos médicos. No existía la casualidad. Zamora hacía su seguimiento, así que siempre estuvo al tanto del estado de Rosalía, él era quien mejor conocía la salud de Rosalía. La vio cuando su cuerpo estaba completamente agotado y solo le quedaba un suspiro, cuando incluso los latidos de su corazón y su respiración se habían vuelto débiles. Pero ahora, en cambio, la anciana se encontraba bastante bien, fue capaz de regresar de aquel túnel oscuro.¿Cuál era la razón de su mejora?, Zamora no se lo creía, debía haber alguna explicación. Por eso, volvió a examinar todo su cuerpo mientras Rosalía dormía, sin dejar de lado ni un solo detalle. Finalmente, en las venas de la anciana, Zamora encontró la marca de una aguja, había tres o cuatro en
En aquel momento, aparte del médico y la enfermera, Estrella fue la única que entró a la UCI. Aunque Estrella intentara ocultarlo, Claus sabía que era muy buena en el campo de la medicina. El rescate en el almacén, su herida en la pierna y la manía causada por el insomnio, todos ellos se habían aliviado gracias a la intervención de Estrella. Todo apuntaba a ella. ¿Podría ser realmente ella quien salvó a Rosalía? En la mente de Claus, Estrella no era más que un juguetito que le intrigaba. Pero ahora, la situación era más complicada y no tenía en claro lo que significaba todo esto. Tenía sentimientos encontrados y sus emociones eran complicadas. Por la mañana Estrella volvió al Palacio Imperial. Como el estado de Rosalía se había estabilizado, ella le dijo que no quería retrasar sus estudios, que volviera y descansara un poco. Como Estrella no podía ser de ninguna ayuda ahora, volvió como le habían dicho. Claus ya no tenía forma de preguntarle, aunque quisiera hacerlo. Tras sofocar l
En una elegante casa club de estilo oriental.La casa club era propiedad del Segundo Tío abuelo, un lugar con buena privacidad, muy conveniente para mantener conversaciones sin que nadie espiara. Tras enterarse de que la anciana estaba bien e incluso mejor que antes, los tíos abuelos se pusieron muy ansiosos y se reunieron inmediatamente para discutir qué hacer a continuación. El Segundo Tío abuelo estaba tan enfadado que se sentaba y se levantaba como si fuera un petardo a punto de estallar, estaba muy inquieto.—La cuñada tiene una vida muy dura, es obvio que irá al infierno muy pronto, pero la han echado de regreso con nosotros, ¿no es evidente que nos viene a crear más problemas?—No será nada bueno que la cuñada se recupere —el Tercer Tío abuelo asintió con la cabeza—. Tendremos que encontrar otra forma de inmovilizar a la cuñada para que no pueda seguir con su trabajo y de paso despejar parte de su círculo íntimo, entonces no tendrá elección.—Es fácil decirlo, pero ¿qué haremos
En la habitación privada no solo estaban los Tíos abuelos, sino también Jonathan y Caín, quienes fueron convocados por ellos y se habían acercado únicamente después de que terminara el alboroto que acababan de presenciar. Al ver los trozos de vasos en el suelo, supusieron que había sido uno de los camareros el que había molestado a los dos ancianos. Jonathan dijo inmediatamente en voz alta en dirección a la puerta.—¿No trabajas aquí o simplemente no sabes ni limpiar cuando el suelo está sucio?Justo después de despedir al camarero, el gerente oyó la voz de Jonathan. No se atrevió a llamar a nadie más y fue a limpiar los escombros él mismo.—Lo lamento, cordiales invitados, lo limpiaré inmediatamente.Tras barrerlo con gran eficacia, les cerró la puerta, moviéndose tan rápido como si una estampida de bestias lo persiguiera detrás.—Abuelo, ¿qué pasó con nuestro tío abuelo? —Jonathan fue un poco más atrevido y tomó la palabra para preguntar. —Es porque un sujeto que no sabe comportars
La salud de Rosalía había mejorado y su vitalidad era buena. Yune lloró de alegría cuando se enteró de esto. Los días en que había trabajado duro no habían sido en vano, menos mal que Rosalía despertó, si no, no sabría qué hacer.—Mamá, no vuelvas a asustarme así —la voz de Yune estaba ligeramente entrecortada mientras tomaba la pálida y vieja mano de Rosalía. Rosalía también le agarró la mano.—Tienes que estar siempre preparada, la Muerte no me ha llevado esta vez, quizás la próxima…Antes de que pudiera terminar la frase, fue interrumpida por Yune.—¡Mamá, no voy a permitir que digas cosas de mal augurio! Vas a vivir hasta muy avanzada edad y estarás siempre con nosotros.—Bien, bien, haré lo que me digas —la mirada de Rosalía era cariñosa, tampoco tenía alternativas. —Abuela, mi tía tiene razón, seguro que vivirás mucho más si cuidas tu salud desde ahora —Estrella le siguió con palabras amables a su lado.—Estrella es de buen verso, Claus, ojalá tú fueras la mitad de elocuente qu
Claus vio cómo Estrella convencía a Rosalía para que obedeciera. Había algo de verdad en lo que había dicho Rosalía, y en cierto sentido Estrella era una bendición para la familia Burgos. Tras hacer una pausa, Rosalía, poco acostumbrada a estar ociosa, volvió a preguntar por la empresa.—¿Cómo va ahora? ¿Ha habido algún otro movimiento en la segunda y tercera casas?.—Los Tíos abuelos no se rendirán fácilmente —Claus dijo en voz baja—, tal vez están gestando algún plan, todos tenemos que ser cuidadosos.Rosalía rió fríamente.—Mis huesos son viejos, pero todavía pueden aguantar, ¡ya veré qué más pueden hacer!Todavía llevaba puesta la bata del hospital y, aunque su rostro estaba sonrojado, el cansancio causado por su enfermedad seguía siendo difícil de disimular. Claus la vio así y no pudo evitar hablar.—Abuela, ¿qué te parece… si yo…Antes de que pudiera terminar la frase, fue interrumpido por Rosalía.—No hace falta, ¿no puedo ocuparme yo de ellos? ¿Todavía tienes que mostrarte en p
Aunque la salud de Rosalía había mejorado, seguía recuperándose en el hospital para evitar accidentes. El hospital estaba bien equipado con material médico y las enfermeras eran muy profesionales. Fue en el hospital donde pudo recibir los mejores cuidados. Estrella iba al colegio durante el día y se quedaba con Rosalía en el hospital por las tardes. El humor de Rosalía estaba mucho mejor dado que podía ver a Estrella. Esa tarde, al salir del colegio. Estrella había pensado llevarle a Rosalía algunos de los postres de los que había estado hablando, pensó que se alegraría si los veía. Inesperadamente, vio a Zared delante de la escuela. La cara de Estrella se hundió de inmediato. No podía entender cómo Zared tenía el descaro de venir a buscarla. En cuanto vio a Estrella, Zared se acercó rápidamente.—Alto ahí, tengo que hablar contigo.La cara de Estrella estaba llena de impaciencia.—No tenemos nada de que hablar.Ella no solo no quería hablar con él, también sentía que la figura de Z
Estrella era tan fuerte que Zared tropezó hacia atrás al ser empujado. No se cayó solamente porque consiguió agarrarse a un árbol cercano.Zared sintió que perdía su orgullo y dignidad al ser tratado así por su propia hija delante de otras personas. Señaló a Estrella con rabia.—¡Háganlo, chicos, denle una lección a esta basura!A los guardaespaldas les pagaban por hacer su trabajo, naturalmente, no sentían compasión por el hecho de que fuera una chica. Varios guardaespaldas altos y fuertes se abalanzaron sobre Estrella. Estrella estaba acorralada por ellos y parecía un poco indefensa. Al ver la escena, Zared no sintió que hubiera hecho nada malo, al contrario, se alegró de ver semejante escena. ¿No estaba Estrella muy campante? ¿Cómo se atrevía a empujar a su propio padre? A una niña tan desobediente hay que pegarle para que aprenda a comportarse; ya vería él si Estrella se atrevía a ir en contra de sus deseos en el futuro. La espalda de Estrella estaba apretada contra la fría pared