Empieza la historia de Vincent y de Ivette. Recuerden que también estoy actualizando la historia de Yamila, y los padres de sus hijos . Mucho amor, y feliz fin de semana.
CAPÍTULO 1 ASÍ EMPEZÓ MI TORTURA.VINCENTSi se tiene que hablar de hombres idiotas sin duda se tiene que mencionar a Vincent de Ouriol. Yo, el idiota que se percató en el compromiso de su media naranja, que está se estaba escapando con un durazno naranja y congelado de la Siberia. Yo, Vincent era un piloto francés que había viajado por todo el mundo, volando aviones de gran envergadura y experimentando emociones que solo aquellos que aman volar pueden entender. Era un hombre alto y atlético, con ojos azules profundos y una sonrisa que todos caracterizaban como encantadora, que hacía que las mujeres se sintieran atraídas hacia mi, como hacía la miel.A pesar de mi carrera exitosa, yo siempre había sentido que algo le faltaba a mi vida. Y no era referente a fortuna, o a éxito, pues ambas cosas sobraban en mi vida desde que era Niño. Había tenido muchas aventuras amorosas, pero ninguna de ellas había durado más de unos pocos meses. Me sentía solo y vacío, y sabía que necesitaba algo
EXTRA 3 Por fin Neck se acercó a Mila con ambos niños de mano. Se les veía en el rostro de los pequeños, que estaban demasiado cansados.Estaban tan felices de compartir al fin con su madre, que llegaron hacia donde estaba ella y se prendieron a sus piernas. —No tetess al tospital ota ve— le dijo Paris en su propio idioma. —Mamá ya no ehh la bella dumiente Paris , ahoda ehh nuesta bella mamá po siemple— informó la niña con aire sabiondo— Papi me lo dijo, y papi nunca dice mentiras.Mila se agachó y se dejó abrazar por sus hijos, en aquel primer día que pasaba como madre de sus hijos.Los cuatro subieron, y Neck y Mila batallaron juntos por bañar a los revoltosos. Realmente los niños tenían demasiada energía, y eso dentro de una bañera, se interpretaba como agua salpicándose en todas las direcciones.Luego acostaron a los niños, y Mila tomó el libro de cuentos que había en la mecita cerca de la cama.—¿La bella duemiente?— preguntó asombrada, y Neck le dio una sonrisa ladeada.—E
EXTRA 4¿QUE FUE LO QUE HIZO QUE NICKOLAU KRONOS REGRESARA A MYKONOS?(Más de 10 años antes)Nickolau busco su ropa en la penumbra de la oscura habitación y se metió en los bóxers negros que había dejado tiradas hacia a penas unas dos horas. La madrugada había sido demasiado intensa, ¿la última madrugada?… siendo más sincero debería decir el último mes.En su cama todavía dormía una curvilínea latina que lo había hecho tocar con los dedos el cielo, mientras la pelirroja de su lado le había hecho descender al mismísimo infierno. Lo único malo de estar en el infierno es que el diablo no daba café en las mañanas para lidiar con la resaca que tendría durante las primeras horas de la mañana, y Justo esta mañana tenía una junta demasiado importante como para estar distraído. Se metió en la ducha y tomó un baño rápido. De vuelta a su cuarto vestidor se metió en un traje a la medida y le dio una última mirada al par de mujeres desnudas que dormían en su cama. Habían sido realmente
EXTRA 5(6 meses después)El abuelo había estado demasiado extraño, llevaba días enteros que solo murmuraba cosas al teléfono, y al personal que se le acercaba de la misma forma. Era evidente que esa mente retorcida de Ulises Kronos estaba planeando algo que escapaba de sus mentes. Neck no quería preguntar nada, pues era un poco contraproducente violar la privacidad de su abuelo, que se había convertido en un hombre demasiado prudente, incluso, aunque le sonara raro al decirlo… hasta con su propia salud. Después de lo de Mila, y del nacimiento de sus biznietos, Ulises Kronos jamás había vuelto a abandonar su tratamiento, su medicación, y tampoco había vuelto a fumar o a beber alcohol, así que no había nada que pudiera reprochársele. Incluso había dejado de meterse en la vida de los demás. Así que era mejor esperar que las cosas se calmaran, y que esta vez, no se tratara de nada más. Quizás todo lo que habían pasado los hacía sospechar antes el menor indicio. Hacia ya sei
IVETTE CAVALLI Aquel compromiso resultó no ser tan buena idea como creía. No, si yo no podía apartar la mirada de Vincent. Sergio Sokolov, era un hombre encantador, pero no era él… ¡No era Vincent! Y eso bastaba para que me llenara de dudas cin respecto a esa boda. Pero, que otra cosa podía hacer, yo conocía al tarado del cual me había enamorado sola. Vincent no miraba hacia mi, jamás lo había hecho, yo era la condenada a estar en el puesto de la mejor amiga FOREVER AND EVER. Y no… ni siquiera podía culparlo a él. Y si al principio, siendo una niña, me fascinó la idea de convertirme en su mejor amiga, ahora como adulta me doy cuenta que fue una d e mis mayores estupideces, sin temor a equivocarme. Cada día, se hizo más notoria nuestra amistad, así que cada día me vi más obligada a ocultar lo que verdaderamente sentía por él. Yo misma me condene a la Friend Zone, por irónico que pareciera. Un mesero pasa cerca, y aprovecho para tomar otra copa de Champagne, aunque la verdad creo
VINCENT DE OURIOL Fue una verdadera suerte para mi, él irme a meter a Mykonos, allí estaría muy seguro de lo sentimientos de querer matar a un ruso que me habían invadido después de aquella fiesta de compromiso. Cuando esa tarde mi mejor amigo me llamó esa tarde para decirme que nos íbamos de Londres, vi literalmente los cielos abiertos. Neck era la única persona que sabía de la causa de que qué yo no quisiera estar en Paris, y él podía entenderme. Ya había pasado un mes de aquel compromiso, y yo de Ivette solo sabía que se había ido a Rusia, tras su romántico prometido, cosa que sin dudas me hacía querer beber como él más borracho de los marineros de puerto de Mykonos. El abuelo de Neck era un excelente compinche, y había resultado ser un buen compañero de ocio. Juntos pasábamos horas interminables, bebiendo en el jardín siempre que a Neck no se le ocurriera algún plan de gallardía para conquistar a la guapísima Mila, su vecina y crush platónico de toda la vida. Los meses sigui
CAPÍTULO 4 VINCENT DE OURIOL Solo sabe el diablo que pone en la mente de los borrachos, para infringirle ese temerario valor. Cuando despego el avión con destino a Paris, aun no caía en cuenta en que me había dejado enredar por Ulises Kronos. Si es que ese viejecito endemoniado, era mucho más peligroso que Neck a la hora de ingeniar el futuro, y Neck como estratega ya era un tipo del cual cuidarse. Lo último que recuerdo antes de dormirme borracho como un perro a bordo del jet, fue de la voz del viejo magnate recordándome que me obsequiaría su avión más moderno si me sinceraba con mi amor de siempre. —«Si con el pazguato de Nickolau funcionó, no va a ser distinto contigo»— esas palabras de Ulises hicieron conexión en mi cabeza, y así, sintiéndome bastante inseguro de como seguiría el plan, aterrizamos en Paris. Eso de sencillamente aparecernos en casa de Ivette en medio de a noche y sin ser invitados me sonaba a total locura, pero como estaba como una cuba, no le di importancia
VINCENT DE OURIOL “Había una vez un pobre piloto, heredero de un importante ducado de Francia, que se le ocurrió la genial idea de enfrentar con sus puños a un ruso gigantón”Eso sería la versión poética… sin embargo los titulares de los periódicos dirían algo como:… “Muere Vincent de Ouriol, único heredero del ducado DU OURIOL tras ser molido a golpes en pelea en areopuerto…”—No hay forma de que esto sea más sencillo— me asegura Ivette cuando por fin pone el coche en marcha. No es que sienta miedo, porque después de amanecer con ella estoy dispuesto a cualquier cosa, pero el recuerdo que tengo del Rusosky, es que es una mole de músculos de casi dos metros de altura.—¿No consideraste buscarte un futuro esposo más bajo?— bromeé con ella que me miró constrariada.—¡Prométeme que no le pegaras!— pidió un poco asustada por lo que pasaría en un rato. La entendia, comprendía que para ella tenía que ser difícil romper semejante compromiso a los ojos de toda su familia, la del nov