Sus palabras son como un balde de agua fría para mi, se fue, eso fue lo que dijo, me doy la media vuelta y empiezo a caminar de regreso a la casa, en realidad no pienso con claridad.

Ni siquiera termino de procesar sus palabras, se marchó sin decirme nada, no tenía que hacerlo pero me duele que haya ido, mi corazón late con fuerza, entro a la casa y subo directo a mi habitación, no si antes llevarme una buena botella de whisky conmigo, quiero anestesiar mi corazón y dejar de sentir por un momento.

Soy un completo imbécil, marcó su número en incontables ocasiones, le envío cientos de masajes sin obtener una respuesta, me estoy volviendo loco.

Esa noche termino ebrio en la puerta de la casa de Natalia, la puerta se abre y ella me observa de pies a cabeza y niega con la cabeza, parece molesta pero para mi suerte no me golpea.

__¿¿Dónde esta?? __Pregunto con un nudo en la garganta __el no verla me esta matando.

__Me pidió no decirte ni una sola palabra, si de verdad la amas déjala tranqui