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54 chapters
Una esposa para el conde. Capitulo 2
Anabelle emitió un largo suspiro, recobrando la compostura que casi perdió al oírle mencionar a su madre. Sonrió.—Tengo una llave —reveló sin ápice de remordimiento—. Y el servicio me conoce desde pequeña, nadie osaría impedirme entrar. —Se encogió de hombros.Essex abrió los ojos de par en par.—¿Qué tiene una llave de mi casa? ¿Con qué derecho? —Con el derecho de que esta casa, es propiedad de mi padre, conde —respondió con descaro, cruzándose de brazos.—Pues debo recordarle que a su padre le pago renta, y tenemos un acuerdo escrito que, al parecer, tendré que dar por concluido hoy mismo. —Thomas respiró hondo para no ser descortés y, con aplomo dijo—: Si es tan amable de esperar en el salón, me vestiré y bajaré junto a usted. Beberemos el té y tendremos una importante conversación…—¿Otra conversación seria y aburrida? —cuestionó ella y Thomas afirmó con la cabeza—. Prefiero el café. Si deberé tolerar nuevamente una explicación de esa magnitud, tendré que beber café para no qued
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Una esposa para el conde. Capitulo 3
Se volteó y se encontró con la mirada celeste del conde que parecía atormentado.—Siéntese para que se lo explique.—No necesito que me explique que ha estado riéndose a costa de mis sentimientos. ¡Por supuesto! La americana tonta y caprichosa, ¿qué podría gustarle de mí, además del dinero y las conexiones de mi padre? —reprochó dolida, con los ojos brillosos.Estaba furiosa porque llevaba todo un año perdiendo su tiempo con un hombre que no le decía que sí, pero tampoco que no.—Anabelle —insistió Thomas—. Siéntese y le explicaré lo que no me dejó terminar de decirle. Por favor.La dama, más por curiosidad que ganas de escucharlo hablar de otra mujer, accedió y regresó al sitio que había ocupado segundos atrás. Se preguntaba cómo sería la dama que había logrado lo que ella no.Por su parte, Thomas se sentía frustrado consigo mismo. Había perdonado a Susan, pues no era culpa suya después de todo; a nadie se le podía obligar a amar y el compromiso entre ella y él, lo había concretado c
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Una esposa para el conde. Capitulo 4
Thomas, como si no la hubiera escuchado, solo continuó con su relato, ido, como si se hubiera trasladado a ese momento tan trágico de su vida.—Ese día habían requerido urgentemente de mi presencia en Kingston, una de mis propiedades, por lo que partí de inmediato desde Londres —tomó aire para seguir—. Jamás pensé que en mi ausencia se desataría una desgracia de proporciones semejantes —emitió un hondo suspiro y frunció sus atormentados ojos celestes—. Dos días después, recibí una misiva de Arthur, en la que me comunicaba crudamente que Susan… había muerto —entrecerró los ojos y resopló.Anabelle jadeó de horror ante la revelación de lo ocurrido. Si bien, dedujo que el amor del conde no tuvo un final feliz, nunca se le pasó por la mente que la mujer en cuestión tuviera semejante desenlace.—¡Oh! —fue lo único que pudo emitir—. Yo…—Ella murió, mientras huía con otro caballero —prosiguió Thomas, interrumpiendo a la joven—. Al parecer, se dirigían a Gretna Green para casarse en secreto,
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Una esposa para el conde. Capitulo 5
Anabelle apretó los labios cuando lo escuchó acusarla de aquel modo y Thomas se sintió fatal por sus desafortunadas palabras. Estaba pagando con ella su dolor y no era justo, cuando la dama solo había intentado consolarlo.—Anabelle, yo no quise decir eso… —Se apresuró en disculparse.—En realidad, es lo que siempre ha pensado de mí, ¿cierto? Que soy una muchacha rica y caprichosa que lo ha tenido todo en la vida… —dedujo y sonrió con sarcasmo—. Pues tendré que decepcionarlo, porque he vivido en carne propia el dolor de no ser amada por un ser querido: mi madre. Ella nunca me quiso, sin embargo, a pesar de todo, yo siempre traté de verle lo bueno a todas las cosas, no como usted, que se quedó estancado en el pasado por su tonto orgullo de hombre que no le deja aceptar que una mujer no lo quiso.Thomas presionó con fuerza sus manos en puño y tragó con esfuerzo para controlar el impulso de refutar las palabras de la joven. Después de todo, no tenía ningún sentido discutir con ella sobr
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