Todos los capítulos de ¡Exesposa al ataque! Ceo, tengo a tus gemelos. : Capítulo 41 - Capítulo 50
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Capítulo 42: Sin importar que.
—Siempre me has gustado, desde el primer momento en que te vi, supe que tú eres para mí, pero me eres prohibida porque eres la esposa de mi hermano… ——¿Lo que dices es verdad? Siempre te vi como algo más que solo mi cuñado, realmente cuando te conocí, sentí esa conexión especial como si te conociera de toda la vida, pero desvié mi mirada porque soy la esposa de tu hermano, esto no puede ser, aunque sintamos lo que sintamos, sabemos que nuestro amor está prohibido… ——Huye conmigo, vámonos lejos de toda esta gente que jamás podría comprender lo nuestro, si tu sientes lo mismo que yo, bésame ahora y seré solo tuyo, bésame ahora y me tendrás para siempre… —Katherine miraba como aquella pareja se besaba apasionadamente. El bote de helado estaba casi vacío, y ella, se sentía tan sensible que aquella cursi escena la había dejado con mil pensamientos y sentimientos que parecían debatirse con fiereza entre ellos. John Russel no solo era el hermano de su exesposo, también, era varios años me
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Capítulo 43: Preguntas incomodas.
En la lujosa tienda Divane, Katherine repasaba los informes de sus ventas, sin notar que John entraba sigilosamente a su oficina con una rosa en sus manos.—Buenos días a la mejor señora Holmes del mundo. —Katherine se había sorprendido ante la repentina llegada del hombre que no le había dejado pegar pestaña en toda la noche.—Que susto que me has dado, ¿Qué ocurre? —John, dejó aquella rosa que llevaba sobre el escritorio de Katherine.—Nada realmente, solo vengo a invitarte a almorzar, conozco una buena cafetería que no queda muy lejos, y sé que no estas ocupada en este momento, así que, ¿Qué dices? También sé que no has desayunado nada, le pregunte a tu secretaria, vamos, sé que te gustaría tanto como a mí un buen café americano muy cargado con una dona de chocolate o un pastelillo de crema. —Katherine quiso disgustarse, pero los gestos que John hacia para persuadirla la habían hecho reír.—Bien, bien, tú ganas, pero solo porque si tengo hambre, pero antes, acompáñame con el ger
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Capítulo 44: Secretos.
En su departamento, John buscaba las redes sociales de Katherine, aunque curiosamente no había dado con ninguna de ellas, era como si la mujer no tuviera presencia en ellas. Había algo que aún no lo dejaba tranquilo, y eso eran aquellos dos niños con quien casualmente la había visto. Katherine no le había comentado absolutamente nada sobre ellos ni nadie más en el lugar parecía saber nada.Estaba determinado a saber si ese par de infantes, en realidad eran hijos de su hermano, aunque, por supuesto, sabía que aquello era casi seguro, pues Katherine parecía empeñarse en mantener un perfil muy bajo con respecto a ellos…y eso solo le decía, que la rubia no quería que Henry se enterara de la existencia de los niños, o, mejor dicho, que descubriera que él es su padre, concluyó.Quizás, estaba pisando un terreno que no debía de; pero su curiosidad y necesidad de saberlo eran demasiadas. Sin embargo, John no encontraba una sola respuesta y no podía preguntarle directamente a ella; resultaba o
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Capítulo 45: Protegerla.
Desde su auto, John no alcanzaba a ver o escuchar bien, pero no podía acercarse más que aquello o Katherine se daría cuenta de que la había seguido. Resignado, decidió esperar a verla salir del lugar y ver si lograba averiguar algo. Después de una media hora, finalmente miraba a Katherine saliendo, agudizando su mirada, se quedó congelado al mirar aquello.Tomados cada una de las manos de la hermosa Katherine Holmes, dos niños de cabellos negros y ojos azules platicaban muy animadamente con ella, los rasgos de aquellos niños, de quienes ya conocía su existencia pero que no había tenido oportunidad de observar con tanto detalle, eran, sin duda alguna, idénticos a los de Henry y el mismo; era como verlos a ambos siendo niños de nuevo.Una niña y un niño que se miraban de la misma estatura, edad y eran tremendamente idénticos entre ellos. Ambos, tenían un aspecto endemoniadamente parecido a su hermano Henry y a el mismo; como si estuviese viendo una vieja fotografía de infancia. John sen
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Capítulo 46: Una decisión y una venganza.
En su departamento, Henry miraba hacia las oscurecidas calles de la ciudad, con todo lo que había pasado en la cena en casa de su madre en mente. Él no quería casarse con Emily Gibson; jamás podría ver a esa mujer como a una esposa, y su desprecio hacia ella, se había incrementado enormemente. En su mano, sostenía con firmeza aquel sobre que contenía los resultados de las pruebas de ADN de los gemelos de Katherine, y aun no se atrevía a abrirlos.¿Qué iba a hacer?Henry se cuestionó con angustia. La amenaza de su madre no era en balde, lo sabía demasiado bien, pues los socios e inversionistas, no estaban complacidos con sus recientes comportamientos y los fracasos, que, debido a sus problemas con el alcohol, habían traído consecuencias a sus finanzas. Se sentía atrapado entre la espada y la pared…y no quería tomar a Emily Gibson como su esposa.Eso jamás.Con la media luz de su habitación, Henry finalmente había abría aquel sobre de resultados, y dando una mirada rápida, sus lágrimas
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Capítulo 47: Sin causar dolor.
Katherine había sido huérfana de madre desde muy joven; ninguno de sus parientes había querido cargar con ella para ayudar a su padre, y, por ende, tan solo en él había encontrado su primer apoyo en medio de la adversidad, y los sacrificios que él había hecho para ayudarla, se los había recompensado al triple. Ella no había deseado lo mismo para sus pequeños; que sufrieran las mismas carencias y batallas que ella, por ello era por lo que a pesar de no tener nada, jamás pensó en separarse de ellos, y había logrado a base de becas, ayudas del gobierno y demás, terminar la carrera que había deseado siempre para poder ayudar a su padre y darles una buena vida a sus hijos.Finalmente, y después de un largo rato, llegaba a la vieja mansión de los ingleses, que antes que nadie le había brindado la oportunidad de ejercer siendo todavía una novata. Estacionándose, bajó de su auto para ir a ver a aquella persona, quizás, la única en la que realmente confiaba.—¡Katherine! ¡Que gusto verte! —Ro
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Capítulo 48: Un plan inesperado.
En New York, John se sentía como un gato enjaulado al no saber en dónde se encontraba Katherine, ni saber que era ese asunto tan urgente que tenía que atender en Nevada. Había hablado con el gerente Neville, pero de nada había servido, el tipo no sabía nada, o, si sabía, no iba a decírselo fácilmente. Por supuesto, no había sido un idiota que hizo preguntas directamente, tan solo se limitó a preguntar por su relación laboral con Katherine, pero eso había sido suficiente para que el negara conocerla de manera intima.Había muchas cosas que desconocía del pasado de la mujer que estaba pretendiendo, pero si algo sabía bien, era que ningún secreto duraba oculto para siempre. Por lo pronto, el también intentaría ayudar de manera discreta para que nadie más supiera nada de esos niños, por los cuales ya sentía una enorme curiosidad, después de todo, eran sus sobrinos.Katherine regresaba de aquel viaje con una buena sensación. Los Bennett no la tendrían sencilla intentando tumbarla. Les demo
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Capítulo 49: Secreto revelado.
En New York, John se sentía como un gato enjaulado al no saber en dónde se encontraba Katherine, ni saber que era ese asunto tan urgente que tenía que atender en Nevada. Había hablado con el gerente Neville, pero de nada había servido, el tipo no sabía nada, o, si sabía, no iba a decírselo fácilmente. Por supuesto, no había sido un idiota que hizo preguntas directamente, tan solo se limitó a preguntar por su relación laboral con Katherine, pero eso había sido suficiente para que el negara conocerla de manera intima.Había muchas cosas que desconocía del pasado de la mujer que estaba pretendiendo, pero si algo sabía bien, era que ningún secreto duraba oculto para siempre. Por lo pronto, el también intentaría ayudar de manera discreta para que nadie más supiera nada de esos niños, por los cuales ya sentía una enorme curiosidad, después de todo, eran sus sobrinos.Katherine regresaba de aquel viaje con una buena sensación. Los Bennett no la tendrían sencilla intentando tumbarla. Les demo
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Capítulo 50: Lograr separarlos.
Katherine asintió, y caminando juntos a donde estaban los pequeños Gabriel y Emma, se sonrieron el uno al otro comenzando a charlar de cosas triviales. Una vez allí, John se despedía de los niños y de su madre, sin embargo, la mano de Katherine lo detuvo en el acto.—No tiene que irte, creo que entre más personas seamos será más divertido. — sugirió Katherine.John sonrió de lado, y tomando discretamente de la mano a Katherine, en una sola mirada le dijo todo aquello que sentía por ella.—De acuerdo, por supuesto que será más divertido, no existe nadie en el condado que sepa jugar mejor a los dardos que yo, puedo conseguirte el peluche que tú quieras, mi puntería no tiene igual ya lo sabes, en donde pongo mi ojo…atino la bala. — respondió John guiñando un ojo.Katherine se sonrojo demasiado al entender el doble sentido que encerraban aquellas palabras, y sonriendo, todos juntos se dirigieron finalmente a la feria para disfrutar de ella.—Entonces señor, ¿Usted puede conseguir un peluc
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Capítulo 51: Deseo prohibido.
—Gracias por lo de ayer John, los niños realmente lo pasaron muy bien, hacía mucho tiempo que no los miraba tan contentos. — decía Katherine con alegría.—No tienes nada que agradecer, me gusto jugar con los enanos. — respondió John.Katherine y John charlaban amenamente, sin percatarse ninguno de haber sido observados atentamente por Henry. La noche anterior, ambos se habían sentido cómodos, y a pesar de que aquel secreto se había descubierto por completo, Katherine confiaba plenamente en que John guardaría silencio, y el, realmente no quería que la rubia se sintiera insegura; le ayudaría a mantener aquello en secreto, después de todo, ella le importaba demasiado, y si había gente inocente en aquel juego de poderes que Henry había desatado a traición, esos eran ella y sus hijos, no iba a permitir que los lastimaran. Entrando en la oficina de Katherine, John y ella seguían riéndose casi como un par de niños. Sin embargo, en algún punto de aquella charla, elena había ensombrecido su s
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