Punto de vista de IsabellaDescubrí que mi esposo estaba acompañando a Rosa, su amor de la infancia, a su cita de control de embarazo en mi hospital habitual esta tarde.“Vincent, nuestro bebé se ve tan tierno en el monitor”.Desde la abertura de la puerta, vi la cara de Vincent iluminada por una sonrisa. Rosa estaba señalando el monitor y Vincent asintió, devolviéndole la sonrisa.Si no supiera que ese hombre era mi esposo, el padre de mi bebé, habría jurado que eran una pareja feliz y enamorada.“¿Isabella Caruso? El doctor está listo para su consulta”, llamó la enfermera.Vincent volteó, su rostro pálido, sus ojos recorriendo el pasillo. Debe haber escuchado mi nombre.Cuando sus ojos se posaron en mí, abrió la boca, pero no salieron palabras.Había estado felizmente casada con Vincent Falcone, mi marido mafioso, durante casi diez años. Este año, por fin estaba embarazada de su hijo. Él, más que nadie, debería saber lo difícil que es para mí tener el bebé ahora. ¿Cómo pudo h
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