“Yo creo que lo dedujo. Sí, no llegaste a la hora", le responde Cata y no se ve feliz de que haya aparecido aquí. "Ah, claro. Perdón, hola Cata, ¿cómo estás?, Samantha, perdón, no sabes lo que me pasó cuando salía para acá, encontré mi auto sin motor", me mira espantado. "Sí, sí, sé que suena a una muy mala excusa, pero es verdad. Alguien me robó el motor completo y para más mala suerte mía, en cuanto vi que no prendía y me bajé a revisar, me robaron el celular y los documentos. No tenía como avisarte".Mis ojos van directos a los de Cata, la cual se mantiene con la cara seria e intacta. ¿Cómo alguien robaría un motor de vehículo y los documentos? ¿Qué onda? Debo estar imaginándolo, ¿verdad? "Vaya, es que jamás pensé que l
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