34. No dejaré que la veas
34. No dejaré que la veas⤝AXEL⤞No sé si agradecer o maldecir a Soren por su inoportuna interrupción. Lo que sí me queda claro es que debo tener más cuidado, no solo por mí, sino por Mila. Fue un riesgo total el que corrimos, nos olvidamos del mundo y de todo lo que nos rodeaba.Una locura que, contra todo pronóstico, estoy deseando repetir. Mantener las manos quietas y solo para mí es un esfuerzo titánico. Muero por estirar la mano y acariciar su mejilla.Me siento un hombre avaro: ahora que la he probado, necesito más. Muerdo el interior de mi mejilla, me relamo el labio, convencido de que, si me quedo, no seré capaz de resistir y la tomaré de nuevo.—Te veo luego, esposa —prometo. Le regalo una mirada intensa antes de salir de la oficina.Me uno a Soren antes de que llegue a mi oficina. Él abre la puerta como si fuera suya y me concede el honor de entrar primero. La curiosidad debe estar matándolo; no lo culpo. Después de todo, fue él quien lanzó el dardo primero. Fue idea suya co
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