Mi mente no deja de dar vueltas, me siento perdida, solo estoy sentada viendo la pantalla del monitor en mi escritorio sin saber que hacer porque no puedo pensar en otra cosa, traté de enfocarme en cualquier cosa que no fuera Leo, pero… ¡demonios! ¡es imposible!, su beso robandome hasta el alma o la extraña dinámica con su padre que me llenó de adrenalina dejandome desconcertada incluso a mi misma. Pero mi cerebro, traicionero como siempre, decidió que era el momento perfecto para reproducir el evento en un bucle interminable en cada segundo que pasa.Su intensidad, la forma en que había acaparado todo mi mundo por esos segundos que para mi fueron eternos porque me llevaron al mismisimo paraiso. Luego, la mirada de Leo al despedirme, como si quisiera no hacerlo, como si deseara lo mismo que yo, estar juntos y continuar el beso para seguir al siguiente nivel. Ash, pero todo es arruinadopor la mortal, una expresión del padre de Leo, tan fría y calculadora como una hoja de excel.¿Por qu
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