RenataLa vida de una asistente es caótica, y es inevitable cometer errores, especialmente cuando se trata de manejar los egos de los atletas.Por eso, no tengo ganas de molestar a Elvira más de lo necesario. Mientras yo lidio con el ego de un jugador de fútbol esta noche, ella tiene que manejar cientos, así que me esfuerzo por contenerme y no apartarla para regañarla, aunque es exactamente lo que quiero hacer en este momento.—Hola, Renata. ¡Vaya! Sabes ponerte guapa cuando quieres, ¿eh? No creo haberte visto usando otra cosa que no fueran jeans y zapatillas Converse.Respiro hondo y le dedico una de mis sonrisas falsas. No importa cuánto ganen, no se puede enseñar elegancia. Es algo que se tiene o no se tiene.—Encantada de verte también, Megan. ¿Estás buscando a Coop?Giro la cabeza, tratando de localizarlo en esta sala llena de atletas de todo el mundo.—Oh, no, chica. Estoy aquí con Paul Parinzino.Megan sonríe como un gato que acaba de comerse un canario.—Te vi parada aquí y so
Leer más