SavannahNo es que lamentara exactamente lo que había pasado en ese barco. Lamentar no era el verbo adecuado.Digamos que… me preocupaba.Mientras Logan me llevaba a casa, mientras miraba las calles pasar por la ventana, la realidad comenzó a pesarme. Habíamos estado juntos en el barco, antes de nuestra cita. No habíamos hablado sobre lo que significaba, ni tampoco habíamos decidido continuar la noche. Incapaz de respirar profundamente, retorcí mis manos sobre mis rodillas. Mis muslos se estremecían al recordar la tarde. No me arrepentía, pero estaba decepcionada de mí misma.Era sencillo: no me reconocía cuando estaba con él. Su cuerpo me hacía perder el control. No pensaba, y mi sentido de responsabilidad desaparecía. Pero no era solo su cuerpo. Era él, todo él. Quería abrazarlo de nuevo. En un barco, en un tren, bajo la lluvia.Desvalorizar mi deseo por él, reduciéndolo solo a lo físico, era una mentira. Su voz, un cumplido suave, una mirada, el movimiento de sus manos, el brillo e
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