Mientras el amanecer se extendía sobre Cuarto Creciente y la amenaza de Kael se hacía más real, Aria cerró los ojos y buscó dentro de sí una fuerza que no había utilizado en mucho tiempo. Como Luna de la manada y compañera de Raiden, compartían un vínculo profundo, uno que trascendía las palabras. En momentos de necesidad, podían comunicarse a través de sus lobos internos, un regalo raro que pocos alfas y lunas poseían.Aria respiró profundamente, sintiendo la presencia de Selene dentro de ella. Se centró en la imagen de Raiden, en la fuerza de su vínculo y en el amor que los unía. La conexión era débil al principio, como un hilo que se estiraba a través de la distancia, pero pronto escuchó su voz, baja y llena de tensión.Raiden (telepáticamente):“Aria… ¿qué sucede?”Las palabras de Raiden llenaron su mente, y Aria sintió una ola de alivio al escuchar su voz. Dentro de ella, Selene rugió suavemente.Selene:“Finalmente. Lo necesitamos ahora más que nunca.”Aria (telepáticamente):“K
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