—¿Qué haces ahí parado como un tontico? —el tono de Carolina era severo.Al principio, estos comentarios herían a Gabriel, pero ya se había acostumbrado. Salió con el rostro serio: —Viniste a recoger a tu hijo, no a mí.Carolina, intentando mantener la compostura frente a otros padres: —¿Acaso no puedo recogerlos a los dos?—Si puedes, ¿por qué antes cuando recogías a Andrés nunca me llevabas? —replicó Gabriel—. Ahora solo voy contigo porque el chofer me lleva.Carolina respiró profundo, pero antes de que pudiera calmarse, Gabriel ya se había subido al auto del chofer y cerrado la puerta. El auto se alejó rápidamente.***El chofer, viendo la expresión furiosa de Carolina por el retrovisor, preguntó temeroso: —¿Qué le diremos al señor Echeverri?Joaquín le pagaba el sueldo y Carolina era su esposa... temía que ella hablara mal de él y perdiera su trabajo.—No te preocupes, yo le explicaré a mi papá —lo tranquilizó Gabriel.Como el chofer seguía preocupado, Gabriel llamó a Joaquín delan
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