Después de que Sofía descansó, toda la familia se sentó en el comedor a cenar.Víctor miraba la mesa llena de deliciosa comida, tragando saliva inconscientemente.Daniel, notando esto y temiendo que se sintiera incómodo para servirse, usó los palillos comunales para servirle.Víctor se apresuró a decir: —No es necesario, puedo hacerlo yo mismo.—No seas tímido —la voz de Daniel seguía siendo fría.Miré a Daniel de reojo, era curioso, su apariencia e incluso su forma de tratar con la gente daba una impresión de frialdad. Pero en la vida cotidiana, era sorprendentemente considerado.—Mamá —Sofía comió un poco de arroz hasta que se le pasó el hambre. Volvió a su usual energía: —Si persevero y entreno todos los días, ¿podré convertirme en una maestra invencible?Aún no había empezado con el taekwondo o el boxeo, ya había olvidado su sueño de ser boxeadora. Ahora Sofía tenía otras ideas.No entendía a qué se refería con "maestra invencible", así que pregunté sonriendo: —¿Mm?—¡Como en la te
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