Alessandro en medio de su desesperación por haber perdido a Sophia no sabía a donde o con quien ir, así que terminó regresando a su propiedad; al llegar allí cuestionó a sus hombres si tenían conocimiento sobre Sophia, al no tener información sobre ella fue directo a la habitación principal. Todo allí era una lluvia de recuerdos, la amaba y no lo podía negar, intentó comunicarse con ella una vez más, pero no logró conseguirlo, vagaba en el interior de la habitación caminando en círculos, la frustración era tanta que ni siquiera sentía deseos de beber. Mientras tanto, el sonido de los tacones hacían eco en el interior de uno de los apartamentos de Paolo, él se encontraba sentado bebiendo un buen trago de whisky disfrutando de su victoria.—Señor, ella se encuentra aquí —informó uno de los secuaces. —Perfecto, encárgate que nadie nos interrumpa —ordenó marcando una sonrisa de medio lado en su rostro. —¿Qué quieres de mí, por qué me has obligado a venir luego de lo que ha sucedido en
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