--- Héctor Plourde ---Los primeros rayos del sol se cuelan por las cortinas de mi ventana, todo mi cuerpo me duele, pero creo que lo que más me duele es la cabeza, la resaca después de una borrachera con vino tinto, ahora lo recuerdo, es mortal. Comienzo a estirarme pero algo o alguien me lo impide, de pronto, flashazos de lo que ocurrió hace unas horas, comienzan a llegar, miro hacia lo que me impide moverme y la veo, veo su larga y despeinada cabellera.Ana duerme plácidamente sobre mi pecho, apenas puedo ver su rostro, por un segundo me perdí en la rutina diaria de despertar para hacerle un biberón a Jude, ahora lo recuerdo, mi hija no está en casa, ella se fue con Mariana y Álvaro. Tomo aire y lo dejo salir, comienzo a acariciar la espalda desnuda de Ana, ella se mueve e inmediatamente levanta la cabeza.- ¡Hola! – Me dice y me dedica su primera sonrisa.- ¡Hola honey! – Le digo mientras despejo su rostro.Esa larga cabellera la hace ver como Morticia, ahora que lo pienso bien, s
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