Juliett El señor Alec ya no tiene la nariz roja después de unos días. Mamá y mis hermanos lo hemos cuidado mucho y le hemos dado sopas y las medicinas del doctor para que se cure. A él no le gusta la medicina; hace caras graciosas cada vez que tiene que tomar el jarabe. También toma unas pastillas,

Aria —Por supuesto, ellos pueden presentarse en cuanto tengan todo listo —me dice la directora del colegio, después de darme una charla informativa muy corta pero esclarecedora sobre el colegio—. No se arrepentirá de elegir nuestro colegio, señora Mills. Sus hijos estarán en buenas manos.—Estoy se

Aria—Por supuesto que no —gruñe Alec—. Cuando tengamos otro bebé, llevará el mío, no me importa que sea niña.Ethan suelta una carcajada. Me alegra saber que no se toma a mal la actitud de Alec.Julia interviene y nos dice que es mejor comenzar con el almuerzo. Los demás se marchan a sus respectiva

Alec Cuando Aria cae en la cama, se echa a reír. Es una risa suave y feliz que me calienta aún más. La clandestinidad era excitante cuando comenzamos nuestra relación, pero me excita mucho más saber que es mía, que ningún otro hombre va a tocarla de esta manera. Ella siempre me va a pertenecer.Tra