—Bienvenido al mundo, mi niño —murmuró Declan—, te amo tanto, Maylene. Gracias por todo esto…Maylene buscó sus labios. Lágrimas de felicidad bajaron por las mejillas de la madre justo cuando tomaron al bebé envuelto en una manta.El dolor se había apaciguado. Sólo quedaba el cansancio, y lo más nor
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