Juan Pablo se acercó a Elizabeth y con una mirada llena de odio y asco dijo en voz baja: - Maldito el día que te conocí, me arrepiento tanto de haberte amado. Estoy tan decepcionado de mí por no matarte con mis propias manos, pero no soy tan bajo. Elizabeth respiró profundo intentando que las lágrimas no salieran, le dedicó una mirada de decepción, mientras tomó el impulso necesario para darle una bofetada en el rostro, el golpe fue tan fuerte que él sintió un ardor caluroso sobre su mejilla.Saboreó el gusto de sangre y con su mano tocó la esquina de su labio: - Eres una vulgar prostituta.Elizabeth intentó golpearlo nuevamente pero su intención fue en vano ya que Juan Pablo tomó de su muñeca, haciendo una pequeña llave mientras su brazo lo pasó a su espalda, él colocado atrás de ella, la empujó con fuerza presionando contra la pared. - Suéltame, Suéltame Juan Pablo. Te odio con todo mi ser. Dijo la chica mientras lloraba del dolor en su brazo y en su abdomen, ya que al momento de
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