Agatha POV:—Agatha, pasa, pasa. No te quedes ahí plantada como un centinela, que se va todo el calor.La voz de papá, aunque todavía áspera por semanas de inactividad, resonó desde las profundidades de su estudio, un sonido acogedor que ahuyentó el persistente frío en mi corazón.Sonreí, negando con la cabeza ante su teatralidad, y entré, el familiar aroma a libros viejos, cuero y sus omnipresentes puros envolviéndome en un abrazo reconfortante. Estaba sentado en su sillón favorito junto a la chimenea, un volumen desgastado y encuadernado en cuero en su regazo, sus gafas de lectura peligrosamente colocadas en la nariz. El color había regresado a sus mejillas, sus ojos brillaban con su inteligencia habitual, y la bombona
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