De verdad, no quería quedarme ni un segundo más allí.Sentía que, si me quedaba más tiempo, Paula, esa malvada, seguiría jugando conmigo.Era mejor irme de inmediato.Al fin y al cabo, no iba a poder acostarme con Paula ni ver sus partes íntimas, así que no tenía sentido torturarme más.Le dije a Luna, —Luna, me iré a un hotel.Luna me miró extrañada y preguntó, —¿Por qué te irías a un hotel?—Bueno, aquí no hay espacio para mí, así que mejor me voy al hotel, estaré bien.Parecía que Luna quería decir algo para retenerme, pero al final no dijo nada.Paula, en cambio, hizo todo lo posible para que me quedara, pero yo ya no quería escucharla más.Lo juro, a partir de ahora mantendré mi distancia con esa mujer.¡Es un auténtico demonio!Recogí mis cosas y me fui, forzando la salida, y luego encontré un hotel cercano.Cuando me tumbé en la suave cama del hotel, sentí un alivio increíble.Era una comodidad tanto física como mental.Ya no tenía que lidiar con mis reacciones fisiológicas al e
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