—No voy a negar que estoy nerviosa —anunció Kaori, mirándose al espejo de cuerpo completo—. No esperaba contarle de esto tan rápido, ¿y si me odia por ocultar la verdad? —preguntó, dirigiéndose a Kazuma, que se veía relajada en un vestido rosa palo.—Sven es muy simpático —respondió Kazuma, mirándola con ternura para tranquilizarla—. Seguro que entenderá, como Gunnar, la razón por la que nos ocultamos de ellos —añadió.—Yo no me hago ilusiones con el rubio estúpido —gruñó Kusi, que se había mantenido en silencio mientras hacía ondas en su cabello—. Se ve que es un arrogante, prepotente e imbécil de las cavernas —añadió con el ceño fruncido.—No sé qué puedo decirte de él, ya que se ve muy reservado —susurró Kazuma—, pero confío en que no habrá problemas. Eres hermosa y segura de ti misma —añadió, guiñándole un ojo, lo que hizo que Kaori sonriera un poco.Las trillizas estuvieron listas en cuestión de una hora. Bajaron hasta la sala, donde su padre conversaba con Dantes mientras brindab
Leer más