En la mansión Lombardi, la pequeña Isadora, estaba muy inquieta y no se podía dormir, Adriana ya la había alimentado y la había arrullado, pero la niña seguía quejándose El CEO subió a la habitación después de un día duro de trabajo, los mellizos ya estaban dormidos afortunadamente, más escuchaba a su nena lloriquear — ¿Qué pasa aquí? ¿Qué tiene la niña? — El esposo dió un beso suave y coro a su mujer — No lo sé, ni deja de llorar y no puede dormirse, ya la cambié, y sé que no llora por hambre — Tranquila, quizás tenga cólicos, dámela, leí de algunos tips para aliviarlos — El padre se concentró, le dió unos masajes a su hija y ella se sintió mucho mejor, Donovan la arrullaba por toda la habitación, hasta que la preciosa bebé cayó en un sueño profundo — Eres tan bueno para ser papá, no se que haría sin tí, has sido un compañero extraordinario, tus cuidados hacia nuestros hijos son invaluables, eres el mejor — Lo sé, no hay nadie como yo de genial, tan apuesto, tan int
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