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Si la lastimas te las verás conmigo
El equipo de médicos estaban haciendo todo lo posible por detener el sangrado, de no lograrlo tendrían que hacerle un legrado a la paciente, pero al menos no se rendirían — Doctor ya le hemos aplicado el medicamento, solo queda esperar que el cuerpo de la joven retenga al bebé — Pequeño debes quedarte, lucha por tu vida, sé que puedes lograrlo, aferrarte a tu madre — El doctor dijo a la criatura, estaba comprobado que los bebés podían sentir las vibras del exterior — Le avisaré a la familia de lo que está pasando — No, deja, lo haré yo — El hombre de bata blanca ordenó pasar a Su, a un área especial en donde iban a poder monitorearla permanentemente, estaba decidido a luchar por el bebé, para eso había elegido la carrera de ginecología, siempre hacia hasta lo imposible por salvar esas vidas que apenas se estaban gestando Apenas lo vieron salir, Alessandro y Emill se acercaron al doctor con la esperanzas de que trajera noticias de Úrsula — Soy el hermano de la señorita
Mi lugar es a tu lado
En la mansión Lombardi, la pequeña Isadora, estaba muy inquieta y no se podía dormir, Adriana ya la había alimentado y la había arrullado, pero la niña seguía quejándose El CEO subió a la habitación después de un día duro de trabajo, los mellizos ya estaban dormidos afortunadamente, más escuchaba a su nena lloriquear — ¿Qué pasa aquí? ¿Qué tiene la niña? — El esposo dió un beso suave y coro a su mujer — No lo sé, ni deja de llorar y no puede dormirse, ya la cambié, y sé que no llora por hambre — Tranquila, quizás tenga cólicos, dámela, leí de algunos tips para aliviarlos — El padre se concentró, le dió unos masajes a su hija y ella se sintió mucho mejor, Donovan la arrullaba por toda la habitación, hasta que la preciosa bebé cayó en un sueño profundo — Eres tan bueno para ser papá, no se que haría sin tí, has sido un compañero extraordinario, tus cuidados hacia nuestros hijos son invaluables, eres el mejor — Lo sé, no hay nadie como yo de genial, tan apuesto, tan int
La furia de Ulises Madrigal
Al hospital arribaron el mafioso Ulises Madrigal y su hijo Ulises Jr. el mellizo de Úrsula, Emill le había llamado a su hermano para contarle sobre la situación de Su El mafioso de mal genio estaba furioso, su hija resultó embarazada del hijo de un antiguo enemigo y además ni siquiera la había sabido cuidar — Quiero ver a la señorita Úrsula Madrigal, soy su padre — Pidió el hombre a la recepcionista del área de urgencias — Señor, la señorita sigue en la sala de ginecología en observación, deberán esperar a que la suban a un habitación, eso si ella ya se encuentra mejor. — Hmmm... Ulises, quiero ver a Alessandro Ferreti, quiero que me dé la cara, ese cretino no va a seducir a tu hermana y quedarse así como si nada. Mientras tanto dentro de la sala, el griego conseguía que Úrsula fuera trasladada a una habitación privada con todos los cuidados que necesitaban ella y el bebé, siempre actuando con responsabilidad. Ella se había quedado dormida, fue el momento en el que aprovech
Deja al mafioso griego para siempre...
Alessandro caminaba de un lado a otro por la sala de espera, no se podía estar quieto — Puedes parar de una vez, Alessandro. — ¿Cómo quieres que esté tranquilo papá? El señor Madrigal estaba muy molesto y alterado, me preocupa que vaya a hacerle reclamos a Úrsula, ella se pondrá sentimental y va a llorar y eso le va a afectar al bebé — Eso no va a pasar, no te olvides que es su padre, el mafioso quiere a sus hijos a pesar de ser un hijo de puta, Emill, lleva a Alessandro a beber algo a la cafetería, es momento de dejar que la familia de Su la acompañe — Yo también soy su familia — Gruñó el joven mafioso mientras era arrastrado por su amigo a tomar un café En la habitación de Su, el elegante mafioso Ulises y su hijo, entraban a ver a la joven, ella se estaba acomodando un espadrapo que estaba por despegarse — Princesa, es papá, ¿cómo estás? Dime, ¿Te duele algo? — Ulises observaba. su hija de arriba a abajo para asegurarse de que estaba bien — Estoy bien, no tienes de qu
La visita del ruso
Alessandro estaba medio dormido, el no acababa de entender lo que Su le estaba diciendo — Alessandro, ¿Me escuchaste? Tengo antojo de tacos de carne asada, con guacamole y una salsa picosa... — La bella embarazada hacia ojos de borrego perdido — ¿Qué...? Pero... No creo que puedas comer tal cosa, todavía estás delicada, por qué no mejor tratas de dormir, mañana preguntaremos si puedes llevar ese tipo de alimentación. Los sollozos comenzaron, la bella Su se había puesto sentimental, el padre de su hijo no quería cumplirle su antojo — Voy a llamarle a papá, estoy segura de que el le cumplirá el antojo al bebé, eres muy malo Alessandro, bien me lo decían todos — ¿Qué...? No, no llames al señor Madrigal, es capaz de venir y echarme de aquí, Úrsula cariño, no es que no te quiera cumplir el antojo, es que me preocupa tu salud — El bebé quiere tacos, tú eres su padre, ¿Qué vas a hacer al respecto? — Úrsula, tu si que de sumisa no tienes nada cumpliré tu antojo, solo espero que
¿Te quieres casar conmigo?
La masa era algo helada, en el hospital Alessandro tenía a Su cubierta con una frazada calientita, dos almohadas, calcetas hasta los muslos, con todo y la bata de hospital, la bella Úrsula se veía sensual — No te descubras está haciendo frío, el bebé debe permanecer cálido. — Estás siendo exagerado, estamos bien, Alessandro... ¿Puedes traerme unas fresas congeladas con crema? Se me antojan mucho. — Úrsula le pedía con voz melosa almpadre de su hijo. — Baby, ¿Si te das cuenta a qué temperatura estamos? Quieres pescar un resfriado, ¿Eh? Se conciente mujercita. La mirada cristalina que Su le dió al mafioso fue suficiente para que se rindiera — Está bien, está bien, un día de estos me vas a salir con que quieres un filete de antílope o probar carne de ballena, moderate un poco princesa. — Como eres de exagerado, eres el poderoso líder de la mafia griega, ¿Qué cosa no puedes hacer? — Hmmm... aprovechando que estamos solos, quiero que hablemos de algo muy importante, el b
El destino y sus misterios
Por la noche, los esposos Lombardi estaban profundamente dormidos, Isadora ya estaba alimentada y seca, su padre la había arrullado con amor El CEO entre sueños sintió pequeñas figuras caminar alrededor de la cama, de pronto corría, de pronto jalaban las sábanas, Donovan se despertó y de inmediato buscó que era lo que había en su habitación — Carajo, ¿Qué pasa aquí? — Escuchó risas debajo de la cama, grande fue su sorpresa al ver a los mellizos vestidos en sus pijamas de oso, ellos estaban con las energías al cien — Papá, tellemos mimir con mamá. — Que diablos, ¿Cómo se salieron de la cuna? ¡No puedo creer que estén aquí como polizontes, vengan acá, los voy a llevar a su cuarto! — ¡No, mamá, mimir! — ¡Doménico, Dominic, obedezcan a papá! Si no vienen les voy a azotar el trasero — La voz de mando del padre los hizo salir y se fueron acercando a él para alzarle los brazos para que los cargara — ¡No puede ser posible que hagan esto, no se deben salir de su cuna, vamos!
Bebés y embarazos
En la mansión de Diane, sus padres estaban disponiendo todo para que ella estuviera cómoda, la jovén Ferreti quiso quedarse en su casa, se sentía más cómoda y tenía todo a la mano, dos mucamas, una más de apoyo, un jardinero, un chófer y dos cocineras. — Señorita Ferreti, el terapista ya ha llegado, está esperando en la sala de estar, ?Quiere que lo hagamos pasar? — Si, ni me gusta sentirme así, las piernas apenas las siento y con la barriga creciendo cada vez más, no puedo poner en peligro a los bebés — Pronto vas a mejorar princesa, me quedaré a ayudarte en lo que sea necesario durante la sesión El apuesto Darren, llegaba siguiendo a la mucama. El hombre vestía uniforme azul como los que usan los doctores, él tenía una carrera y dos especialidades en medicina fisica. — Buenas tardes, ya estoy aquí, estoy al tanto de todo el expediente clínico de la paciente, el haber estado en coma durante meses le ha afectado pero lo vamos a solucionar. El CEO Ferreira no estaba muy
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