El CEO y la jovén Ferreti, llegaron por fin a la villa Lombardi, el viaje había sido eterno a pesar de haberse demorado solo quince minutos, ambos bajaron del coche con las bolsas de artículos médicos en la mano, y entraron al hogar Donovan se encontraba en la sala de estar con su mellizo, quien seguía lloriqueando y se veía que estaba de mal humor — ¡Por fin llegas...! Oh, no vienes solo, buenas tardes señorita Ferreti — Buenas tardes, señor Lombardi — Llámame Donovan, yo te llamaré Diane, no somos tan viejos, ¿Cierto? — Donovan, trajimos unas cuantas cosas, mira, aquí hay vaporub, es un ungüento para que le pongas en el golpe al niño — Buuuu... ma... má... — Dominic llamaba a su madre — No sé si será suficiente, mira aquí, creo que el chichón resalta mucho — Carajo, si que resalta, de todas formas le vamos a poner ungüento para que le ayude a desinflamar — Ahhh... eso no será suficiente, le tendré que decir a Adriana que en mi descuido Dom, se me cayó, juro q
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