Más tarde ese día, después de que el CEO se tomó una ducha y bajó al despacho a trabajar un poco o de lo contrario se le juntaría mucho papeleo, de repente paró, Donovan era un hombre valiente, su carácter era indomable, sus decisiones frías y prácticas, pero ese día lo había sobrepasado sin duda El hombre tomó el saco de su silla y se lo puso en el rostro para después ahogar un grito en él, el poderoso CEO dejó escapar un par de lágrimas calientes que mostraban su vulnerabilidad, tenía derecho a desahogarse, después de todo por más extraordinario que fuera, era un ser humano al cual ver a su esposa tan mal y a puntos e ser abusada por un psicópata hijo de puta, lo destrozaba Después de lavarse la cara fue a buscar a su mujer, quería saber si ya había despertado, tampoco podía dejarla dormir tanto pues ella tenía que alimentarse tanto por la bebé cómo por ella misma, solo que al entrar a la habitación su mujer no estaba ya en la cama — Adriana, ¿Cariño dónde estás? hablame, ¿
FLASH BACK — Diana, hoy ví a Devon Heineken en una reunión, él me pidió que te diera un recado, la cita no será en el restaurante acordado, será en el Paradise Sun, dijo que te esperaría a las ocho y que ya se moría por ver Alessandro mismo, había cooperado con Dallán, para que su hermana y el se pudieran ver, ¿Qué por qué lo hacía? la respuesta era sencilla, prefería a Dallán como su cuñado en lugar del mafioso americano, así que no perdían nada con intentarlo FIN DE FLASH BACK Diane, condujo su coche hasta el lugar que su hermano le dijo, le dió las llaves al valet parking y caminó al interior — Buenas noches señorita, ¿Tiene reservación? — Preguntó la hostess — No, pero ya me están esperando, mi nombre es Diane Ferreti — Oh sí, el caballero ya la está esperando permítame guiarla — La empleada guió a la distinguida mujer, ella vestia un lindo vestido de diseñador y zapatillas altas, su maquillaje era prolijo, por supuesto que se robó miradas al pasar La bella c
El CEO Ferreira, se escuchaba sumamente triste, ya le había enviado flores, joyas, chocolates, y cada detalle romántico que había visto en las películas para que Diana pudiera darse cuenta de su amor por ella, pero nada había funcionado, incluso la ayuda de Alessandro, no había tenido buenos frutos — ¿Qué...? ¿De que hablas hombre, a quien perdiste? No te entiendo Dallán, explícate mejor — A Diana, su hermano Alessandro me ayudó a que no llegara a la cita con el mafioso americano y le dijo que la vería en el Paradise Sun dónde estaba yo, pero aún así no quiso escucharme, ella sigue con la idea de que la engañé y no puede perdonarme, no es mujer que deje pasar algo como eso y aunque sé que me quiere no va a cambiar de opinión — Ahhh... lo siento mucho Dallán, sé que has hecho hasta lo imposible para que ella regresara contigo, saldría a verte pero en este momento el mellizo Doménico no me va a soltar, Adriana está dormida y no quiero que despierte, tuvo un día muy difícil y me
Alessandro que usualmente era indiferente a todo, al ver qué su única hermana dejaba escapar unas cristalinas lágrimas por lo que estaba sintiendo, no pudo quedarse quieto — Ven aquí, ¿Por qué lloras así? Tú ya habías decidido que no lo volverías a dejar entrar en tu vida, Dallán tiene que seguir adelante, no puede estar tras de ti por sabe el diablo cuánto tiempo más, olvídate de él, ya llegará alguien más que te haga sentir amor de nuevo — ¿Por qué Alessandro? ¿Por qué Dallán tuvo que acostarse con otra mujer sin importarle lo que me dolería? Yo... siempre lo amé, pero él... — No supo lo que hacía, dijo que no recordaba nada de lo sucedido, si en verdad se acostó con esa chica ni siquiera estaba en sus cabales — ¿Vas a decir que de esa forma no cuenta como traición? Dejaras de ser hombre para pensarlo de esa forma tan fría — Soy práctico que es diferente, no cuenta por qué no hubo conexión, y no es como si la va a volver a ver, si la recordara y recordara que le gustó
El CEO y la jovén Ferreti, llegaron por fin a la villa Lombardi, el viaje había sido eterno a pesar de haberse demorado solo quince minutos, ambos bajaron del coche con las bolsas de artículos médicos en la mano, y entraron al hogar Donovan se encontraba en la sala de estar con su mellizo, quien seguía lloriqueando y se veía que estaba de mal humor — ¡Por fin llegas...! Oh, no vienes solo, buenas tardes señorita Ferreti — Buenas tardes, señor Lombardi — Llámame Donovan, yo te llamaré Diane, no somos tan viejos, ¿Cierto? — Donovan, trajimos unas cuantas cosas, mira, aquí hay vaporub, es un ungüento para que le pongas en el golpe al niño — Buuuu... ma... má... — Dominic llamaba a su madre — No sé si será suficiente, mira aquí, creo que el chichón resalta mucho — Carajo, si que resalta, de todas formas le vamos a poner ungüento para que le ayude a desinflamar — Ahhh... eso no será suficiente, le tendré que decir a Adriana que en mi descuido Dom, se me cayó, juro q
Cuando el frenesí de la entrega pasó, Diane, se sintió culpable por haber caído en los brazos de Dallán, él había amanecido en la cama de una mujer desconocida, y ahora ella también se dejó seducir — Yo... tengo que irme — La joven Ferreti, tomó el panta y los tenis que Dallán había traído para ella, todavía se sentía adolorida pero estaban en una casa ajena, no podía solo quedarse en cama — Espera Diana, no me puedes dejar así como si fuera... Cómo si hacer el amor conmigo no significará nada para ti, yo te amo, quiero que estemos juntos, ¿Qué dices? — Digo que.... tengo que pensarlo, sé lo que hiciste, que terminaste aquel día cuando nos vimos en el restaurante en la cama con una mujer — ¿Lo sabes? Entonces también sabes que no me acuerdo de nada, lamento mucho lo que sucedió , había bebido demasiado, pero de una cosa puedes estar segura... solo te amo a ti Diane — Dame tiempo, no es sencillo para mí, necesito pensar y estando cerca de ti no puedo pensar con claridad — L
Candice contó a Adriana lo que el sexto mes de embarazo le había traído, ambas tenían casi el mismo tiempo, así que se identificaban mucho — Pasen a su mesa, y por favor disfruten de todo, los bocadillos están deliciosos — Pidió Candice — Bueno, creo que nuestras esposas apenas y nos dejaron hablar, feliz cumpleaños Daniel Alejandro, toma, espero que te guste el obsequio — Donovan entregó el regalo por fin, lo había estado sosteniendo mientras su esposa conversaba con la anfitriona, los esposos Lombardi por fin pasaron a su mesa a tomar asiento Dallán también llegó, justo se encontró con Alessandro Ferreti, bajando de su coche, así que entraron juntos, el cuñado no tenía idea de que el CEO Ferreira se había comido a su hermanita, de haberlo sabido le hubiese dado una paliza, eran amigos pero no se lo iba a dejar pasar — Mi primo siempre presumiendo su opulente estilo de vida, ¿cierto? Esta fiesta parece ser de un Jeque Árabe — Dallán reía — Así son los Black, el CEO Ales
Dallán, hacia todo lo que estaba en su poder para soportar ver a la chica que amaba en la mesa y conviviendo con otro hombre, le parecía la mujer más fría e insensible que había conocido en su vida, y que todo el concepto que tenía sobre ella era erróneo, no volvería a mirarla con los mismos ojos nunca más Diana se levantó y fue al tocador no iba a llorar en la mesa y delante de todos, se había encontrado con Devon en la entrada, no había llegado con el, ellos simplemente entraron juntos, pero para Dallán, ella había actuado de forma frívola, y no le había dado tiempo para explicarle Para su hermano no pasó desapercibido el asunto, siguió a su hermana para esperarla afuera, tuvo que esperar más de diez minutos, Donovan y Daniel Alejandro, fueron con Dallán a la barra, mientras la chica lloraba el CEO bebía — ¿Qué pasa Dallán? deja de beber así, no vas a solucionar nada de esta forma — Es que ya no quiero solucionar nada, es obvio que ella lo ha elegido a él, me cansé, no voy