— No puedes hacerme nada aquí — le espetó, pero la seguridad en su voz se desmoronó cuando él se lanzó sobre ella.En un movimiento rápido, Brianna reaccionó dándole una fuerte patada entre las piernas. Fidel soltó un gruñido de dolor, y justo en ese momento, la puerta del baño se abrió de golpe. Paula estaba allí, observando la escena con ojos furiosos, pero obviamente, era parte de su actuación.— ¡Eres una mala mujer, una desvergonzada! — gritó Paula, su voz resonando en el baño, atrayendo la atención de todos los presentes fuera.Brianna se quedó paralizada, horrorizada por la aparición repentina de Paula.— ¿Acaso no tienes vergüenza? — continuó Paula, acercándose con furia —. Estás a punto de casarte y te encierras con tu exesposo. Está claro que aún no lo has olvidado.Antes de que Brianna pudiera defenderse, Maximiliam irrumpió en la escena. Sus ojos se movieron rápidamente, tomando en cuenta a cada persona en la habitación: Brianna, visiblemente alterada; Fidel, todavía recupe
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