Los días en el hospital fueron una mezcla de esperanza y agotamiento para Brianna y Maximilian. Cada día que pasaba, la pequeña Bianca ganaba un poco más de fuerza, y Brianna contaba cada hora hasta el momento en que por fin podría tenerla en sus brazos sin intermediarios. Maximilian pasaba las noches en vela, cuidando de Brianna y esperando a que la enfermera viniera con el último parte médico. Después de lo que habían vivido, cada minuto en el hospital parecía eterno, pero la recuperación de Brianna y Bianca avanzaba con éxito.Finalmente, el día de la tan esperada alta llegó. Cuando la enfermera colocó a Bianca en los brazos de Brianna, sintió el mundo entero comprimirse en esa frágil y diminuta figura. Con ojos llenos de lágrimas, Brianna la observó en silencio, admirando cada rasgo, desde sus pequeñas manitos hasta el brillo de vida en sus ojos entreabiertos.— Es tan pequeñita… — murmuró Brianna, mirando a Bianca con un amor incondicional que la desbordaba —. Pero es tan fuerte,
Leer más