No quería que el parque de diversiones tuviera ningún defecto. Deseaba que este sueño, lleno de amor paternal, fuera perfecto, así que terminé aceptando.Sin embargo, pasé de ser una participante oficial a convertirme en una asesora extraoficial y, para colmo de males, sin paga.No importaba, con tal de que el parque quedara perfecto al final.Además, ahora no tenía nada que hacer, así que igual estaba desocupada y podía ir.Fui al hotel al atardecer. Cuando salí, noté que la puerta de enfrente estaba cerrada con llave. El solo pensar que pronto viviría un hombre allí me provocaba una sensación de inquietud y malestar.De repente, se me ocurrió una brillante idea: contactar a la señora casera para poder alquilar yo el departamento.Por suerte, su número estaba en la puerta. La llamé de inmediato, pero cuando le expliqué mi propuesta, dudó por un momento:—Es que... ya recibí el depósito de otra persona, no puedo echarme para atrás.—Le devolvemos el doble del depósito, yo corro con ese
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