Lucía trató de imaginarlo, aunque su limitada imaginación no le permitía visualizar mucho. Sin embargo, las palabras del instructor la ayudaron a relajarse.Por la tarde, cuando la temperatura subió un poco, estaban listas para entrar al agua. Había trajes de buceo de dos piezas y de una pieza, y podían elegir según su preferencia. Paula, naturalmente, eligió un bikini sexy y hermoso, mientras que Lucía optó por un traje de una pieza más conservador.Aun así, cuando salieron del vestuario, atrajeron miradas de admiración e incluso algunos silbidos.Antes de sumergirse, el instructor les pidió que se acostumbraran a la temperatura del agua:— Una vez en el agua, no se pongan nerviosas. Primero las llevaré a la zona de buceo.— Nuestro equipo de rescate está cerca. Si hay algún problema, hagan la señal de socorro y vendrán de inmediato.— Está bien — dijo Lucía, mirando hacia adelante con anticipación.— ... Bien, chicas, bienvenidas al mundo submarino. Que se diviertan.Lucía se contagi
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