Los días empezaron a pasar cada vez más rápido, Verónica poco a poco iba notando crecer su vientre, eso era algo que la ilusionaba mucho, a pesar de las circunstancias, su hijo era la único real que tenía. Una mañana, mientras desayunaba en total silencio con Rodrigo, él interrumpe ese silencio diciéndole. _ Me iré de viaje mañana, duraré varios días por fuera. Verónica no le contesta nada, ella sigue desayunando sin prestarle la más mínima atención. _¿Acaso no me escuchaste?_ Le pregunta él al ver su silencio. _Si, te escuche, solo que me da igual si te vas de viaje o no_ Le contesta ella sin ninguna prisa, pero si con mucha dureza. Rodrigo toma un sorbo de café y luego sonríe, mientras pone la taza sobre la mesa. _¡Ay Verónica! ¿Crees que con esa actitud vas a ganar mucho? ¿Si sabes que si yo me canso de esas respuestas y de esos modos con que me tratas, vas a terminar en un basurero? Vas quedar peor que una indigente_ Le responde él, con un tono de burla en sus palabr
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