POV DE MAGNOSDespués de que Cosmo terminó con Susana, hice una señal a dos centinelas y ordené que limpiaran ese desastre. Caminé hacia el elevador, entrando tan pronto como sus puertas se abrieron. Cuando salí en el piso de mi oficina, mi asistente me miró asustado. Debo estar cubierto de sangre, despeinado y sudado. Y solo en pantalones, después de aquel beso, salí de casa y ni me preocupé por ponerme zapatos y una camisa. Pasé junto al asistente y no me preguntó nada, solo me saludó.Entré en mi oficina yendo directamente al baño, necesitaba una ducha, no quiero quedarme con esa sangre podrida de Susana en mi cuerpo. Entré al baño y me fui a lavar, mientras lo hacía, comencé a pensar que ahora estaba sin tener con quién tener sexo.— No necesitas ninguna puta. Ahora tienes a Amelia, una hembra perfecta. — Dijo Cosmo mentalmente. Esa manía suya de espiar mis pensamientos es irritante.— No pierdes esa manía de ser entrometido. Comenzaré a espiar tus pensamientos también. ¿Qué ta
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