Cuando aún estaba distraída, Jorge ya había dejado la cuchara y tomó su celular para enviar un mensaje. Ella estaba justo al lado, viendo curiosa que la foto se la enviaba precisamente a su abuelo.Poco después, el abuelo mandó un mensaje de voz. —Muy bien, muy bien, viendo que ustedes dos se llevan bien, me quedo más tranquilo. Debes tratar bien a Amanda, ella está muy delgada, haz que engorde un poco. Si no, la gente dirá que ni siquiera puedes cuidar a tu esposa porque se ven que cada vez está más flaca.Amanda entendía que todo era solo una actuación para tranquilizar al abuelo. Sólo que él ni siquiera le había avisado, lo que podía malinterpretarse con facilidad. .—Come más. Jorge seguía sirviéndole comida, pero no se la daba directamente, sino que la ponía en su plato. —El abuelo tiene razón, estás muy delgada. No quiero que la gente diga que Jorge no sabe cuidar adecuadamente a su esposa, pensando que te falta comida.—No se sabrá, estamos casados en secreto, nadie sab
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