"Pero... eso no puede ser cierto...", dije. "Me diste este anillo la noche- Quiero decir, cuando solo tenía un mes de embarazo". Xaden se quedó callado durante un largo rato, aparentemente ensimismado. Me recorrió con la mirada, observando todos los detalles que podía en medio de los jardines resplandecientes que nos rodeaban, antes de parpadear hacia el rostro borroso de nuestro hijo. Y entonces, soltó una suave risita. "Extraño", musitó, con calidez en la voz y luz en los ojos. "Parece que solo fue ayer". Eso es porque lo fue, quise decir, pero lo dejé así. El bebé en mis brazos empezó a balbucear y a gruñir de nuevo, apoyando sus pequeñas manos en mi pecho, captando de nuevo toda mi atención. Podía sentir su mirada clavada en mí, incluso cuando todo lo que podía ver eran rasgos borrosos, y me sentí muy bien bajo esa mirada. Entonces, sus manos se alzaron hacia mi cuello... estirando sus deditos hasta tocar mi barbilla, pero no lo suficiente como para alcanzarla. Mi co
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