—¿Qué haces aquí?— Adams la mira con enojo —quiero que hablemos—¿Hablar? ¿O vienés a decir más cosas que me duelan? ¿Por qué Adamaris? Yo te abrí las puertas de mi corazón y tú jugaste conmigo—todo tiene una explicación, yo te amo Adams y jamás haría algo para lastimarte de verdad— Ada camina hacia él—¡Detente Adamaris! Ni un paso más, porque jamás en mi puta vida me había enamorado de una mujer, por eso el que se enamora pierde, porque yo me enamoré de tí y me has pagado mal, pero no importa, no me importa que me hayas dejado en la calle, al final la mente es lo que genera dinero y me podré levantar, pero algo si te digo, de mis hijos no me vas a alejar, así te vayas a la China, a China voy y estoy con mis hijos, porque tambien son mios —¡Puedes dejar de hablar!— Ada derrama lágrimas al verlo tan destrozado —lo mejor es que te vayas, no quiero ser grosero contigo—¡Por Dios, Adams, yo te amo de verdad!— camina a él con firmeza y lo besa tomándolo por sorpresa, él cual intent
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