LEAPor mas que intenté quitarme el olor de ese perfume no pude, es como si fuera parte de mi ser, me la pase toda la tarde en el baño haciéndolo pero al final solo conseguí herirme al tratar de quitarme ese perfume de hombre.Veo la puerta pensando en si es una buena idea salir y acompañar a los demás. Pero sé que Abel me preguntara sobre el tema y es algo del cual no quiero hablar, solo quiero silencio y algo de paz para pensar en quien era el bastardo que me engañó“Juro que si llego a descubrir quien es lo castro”Estaba secándome el cabello cuando escucho un extraño ruido, apago la secadora y escucho como si hubiese una discusión abajo, reconocí la voz de Abel pero no del otro que se rie.Me asomo por la puerta y veo a mi hija correr tomada de la mano del sobrino de Abel, Joshua. Les pregunto que pasa y el niño me dice que sus tios están locos y están peleando abajo.—Mamá, por favor has algo.—¿Y porque yo? —mi hija me lanza una mirada asesina recordándome el porque —Ah, si. Ust
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