Elijo un zapato negro a juego con su traje negro y justo cuando estoy a punto de salir, se abre la puerta y entra él y...¡Santa madre de todos los hombres lobo!Me quedo helada.Acaba de entrar con una toalla anudada a la cintura. Está desnudo de la cintura a la cabeza y sus abdominales están a la vista y, ¡maldita sea! Están duros.Está totalmente marcado y las gotas de agua que se deslizan por las colinas y los valles de su pecho me hacen tragar saliva. Debería cerrar los ojos o darme la vuelta, pero como soy idiota, me quedo mirándolo hasta que se me pone la cara roja."¿Te gusta lo que ves?", bromea con una sonrisa burlona. Se me doblan las rodillas cuando empieza a adentrarse en la habitación."Yo... yo...", tartamudeo como la idiota que soy. "¿Puedo irme ya?"."Puedes irte o quedarte y ver cómo me visto, Ashanti. La elección es tuya".Corro.Corro por mi vida.Para cuando llego al dormitorio, estoy respirando con dificultad."No te he dejado retirarte todavía", grita
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