"Escuché lo que hiciste".

"Yo... vi el teléfono y me tenté y rompí las reglas y lo siento. Estoy dispuesta a recibir cualquier castigo que tengas para mí". Digo con ojos suplicantes.

"Hay una razón por la que tienes restringido hablar con tus padres en casa".

Estoy tentada de preguntarle cuál es esa razón, pero sé que me meteré en más problemas si lo hago, así que me callo y dejo que siga hablando.

"Si te dejo hablar con tu padre, tendré que hacer lo mismo con cualquier otra chica del Harén. ¿Puedes tratar de imaginar el caos que eso causará?".

"Sería un desastre".

"Me alegra que lo sepas". Se acerca un paso y ahora estamos a apenas unas pulgadas el uno del otro. Tiene las manos metidas en los bolsillos del pantalón y siento su aliento fresco en la cara.

Diosa, es guapo.

Lleva el traje de siempre, pero no lleva chaqueta. Solo una camisa blanca y unos pantalones azul marino. Tiene el pelo castaño peinado y huele muy bien. Podría comérmelo entero ahora mismo.

"Esto no volverá a