Oliver— Evelia — le digo decidido a hacerla comprender que no es necesario que el mundo sepa de nuestro matrimonio — tienes que entender.—No Oliver,— me interrumpe— yo no tengo que entender nada, no tengo la obligación de estar a tu disposición o a tu condicionamiento, ya estoy cansada —dice ella y sus ojos comienzan a brillar se han puesto llorosos— de ser el juguete de cuanto hombre me encuentro, no estoy dispuesta a aguantar más.— ¿De qué hablas?— cuestiono confundido.—Yo voy a continuar con esto, quiero probar que soy capaz de hacer lo que me propongo, y conseguir mis metas por mis medios, no porque ahora sea parte de la familia Geacoman, sino porque soy yo misma.—Evelia aquí ni siquiera eres tú, eres una mentira —le digo, sé que soy cruel pero no quiero que le hagan daño no quiero que la descubran.Ella se hace para atrás en un gesto de dolor, sé que mis palabras la lastiman pero no estoy dispuesto a retroceder.— Haz lo que quieras Oliver, que yo haré lo mismo.Se da media
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