Todos los capítulos de Prometo amarte. Solo hasta que tenga que decirte adiós : Capítulo 331 - Capítulo 340
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¿Puedo ir a verte?
Luego de una larga charla, Pietro salió del estudio un poco más tranquilo, quería tomar un baño y salir a ver a Celeste. Él se encontraba ansioso por verla, así que para no llevarse una sorpresa de ir hasta su casa y no encontrarla, decidió llamarla. — ¡Hola! — ¿Celeste? — ¿Sí? — Soy Pietro… — Eso ya lo sé, agregaste tu número a mi móvil, la última vez. — Acabo de llegar de viaje ¿Puedo ir a verte? Te llamé para ver si estabas disponible y no interrumpía algún plan. — Mmm… No, en realidad no. Spike y yo decidimos pasar un día en casa, así que si gustas venir aquí nos vemos. — Llego en 1 hora… — Dijo Pietro mirando su reloj. — Está bien, aquí nos vemos. — Respondió Celeste sintiendo una ligera punzada en su estómago. La facilidad con la que las cosas pasaban entre ella y él era lo que más le gustaba, no había complicaciones, no había dramas, solo una relación o intento de una, entre un hombre y una mujer que recién se habían conocido. Pietro se sentía como un adolescente que
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Cita prenatal
Marco tenía una semana que había visto a Pietro, aún no podía quitarse esa extraña sensación de estar haciendo algo mal, pero él sabía que, si esa noticia llegaba a Valeria, no sería algo fácil de asimilar, sus bebes estaban cumpliendo 4 meses y aunque habían pasado la etapa complicada, no podía confiarse. — Valeria, mi vida, ¡Tranquila! Todo va a estar bien, ya verás, los pequeñitos estarán bien… Hemos seguido las indicaciones al pie de la letra, deja de mover la pierna que me pones más nervioso. — Dijo Marco al ver que su esposa estaba hecha un mar de nervios. — Marco, aún no salgo de mi asombro de saber que seremos padres y el tiempo sigue corriendo, los bebés ya tienen 4 meses, ¿puedes creerlo? – Dijo Valeria acariciando su pancita, que de un momento a otro ya era bastante notoria al ser dos pequeños. — Señor y señora Barzinni, por favor, pasen por aquí. — Dijo la Dra. Berlusconi. — Veamos cómo van estos pequeñitos. Valeria subió a la camilla con ayuda de Marco, descubrió su ya
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¿Papá?
Era martes por la tarde, Paloma había ido al colegio de Gio, le había acompañado en la prueba de vestuario para la obra. Valeria no se había sentido muy bien ese día y pidió ayuda a su hija, luego de acompañarlo, el chofer llevaría a Gio a casa, ya que la hermana, aún tenía algunas cosas por hacer fuera, al salir del colegio vio uno de los cafés que le gustaban y decidió pasar por uno. Mientras tomaba un poco de aquel delicioso café americano con jarabe de avellanas, revisaba las fotos que le había tomado a Gio y Enzo, la chica sonreía al ver las caras y poses de ambos chiquillos. Pietro tuvo una reunión de negocios, aunque le molestaba vestir formal, en esta ocasión no tuvo opción, aquellos hombres con los que se reunió eran de la vieja escuela y exigió vestimenta para la ocasión. Una vez terminada la reunión, el plan era esperar a que Celeste saliera del colegio para llevarla a casa, el chofer ya había pasado por Enzo, así que, sin ningún problema, podría esperarla el tiempo que f
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Siempre estuviste ahí …
Paloma claramente entendió lo que aquellas palabras quisieron decir. Pietro, por su lado, luchaba con un incesante dolor de cabeza, parecía que, al ver a Paloma, su mente hubiera hecho corto circuito; aun así, trataba de mantenerse estoico, no quería preocupar de más a la chica que estaba a su lado, bastante tenía con verlo en persona, para cargar con sus achaques. Paloma, después de un largo e incómodo silencio, finalmente decidió hablar.— Me hubiera gustado que nos buscaras… Quiero saber ¿Cómo es que estás vivo? Todos sabemos que tú estabas muerto, eso es algo de lo que papá casi no habla, pero mi mamá me dijo que él fue quien entro a identificarte.Pietro intentaba conducir, solo quería distraer la mente, en realidad no entendía por qué había decidido conducir en ese estado, luego de pensarlo unos minutos, concluyo que esa era una reacción demasiado estúpida, por lo que decidió aparcar el auto en un parque que vio, sinceramente, no se sentía bien conduciendo.— Paloma, sé que tien
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¿Algún día lo harás?
Paloma se quedó en silencio después de escuchar lo último que decía Pietro, ella se acomodó en ese abrazo, siempre había soñado como hubiera sido si su padre viviera, ahora que lo tenía ahí, ese abrazo se sentía maravilloso. La vida le estaba dando una oportunidad, aunque esa oportunidad implicaba mentirle a su madre, ¿estaba dispuesta a hacerlo? ¡Aún no lo sabía! Pero en ese momento lo que sentía, eso era lo que importaba. — Paloma, prométeme que no hablaras de esto con tu madre… — Dijo Pietro un tanto preocupado. — ¿Algún día lo harás? – Pregunto Paloma al hombre que la abrazaba. — ¿Hacer qué? – Respondió Pietro sabiendo cuál sería la respuesta. — ¿Hablarás con mi madre? – Pregunto Paloma seriamente. Pietro sabia a donde llevaría una discusión con su hija en ese momento, no quería un drama innecesario, no, al menos en ese momento, así que solo despego un poco el abrazo de su hija y le dijo: — No te voy a prometer que lo haré inmediatamente, solo déjame encontrar el momento adec
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Hay algo que te debo contar
Pietro subió a su camioneta, Marco y Paloma solo pudieron ver cómo aquel hombre se iba del lugar, ella aún no cabía en el asombro de todo lo que estaba ocurriendo, estaba sumida en sus pensamientos, cuando una cálida mano tomo la suya. — Hija… Paloma… — Dijo Marco con un poco de nervios. Paloma volteó a verle con lágrimas en los ojos. — ¡Perdóname papá! No es mi intención hacerte pasar por eso, ya lo has vivido con Massimo y ahora con él. Sé que no es justo para ti, ¡Perdóname! — Paloma, hija, no tienes por qué pedir perdón. Más bien yo soy quien debería pedir perdón, vi tu carita con miedo, sé que cuando se trató de Massimo, no tome las cosas de una buena manera, pero las circunstancias eran diferentes. Paloma, él desde que supo que vendrías al mundo acepto ser tu padre, te tomo como su hija y eso nunca podría arrebatárselo, jamás pienses que te voy a negar ese derecho, él es y será siempre tu padre, yo también lo soy, pero las circunstancias fueron diferentes. Paloma continuaba
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Tú me importas y no quiero perderte…
Pietro se encontraba abrazando a Celeste, su nariz estaba enterrada entre aquellos rebeldes risos, el aroma de esta mujer, lo generaba cierta tranquilidad. Mientras la abrazaba, por un momento su mano bajó de su cintura a su vientre bajo, cuando hizo esto un recuerdo llego a su mente, el aroma a agua de rosas, ese vientre cálido, anteriormente ya lo había vivido, era como si estuviera en un déjà vu. Estuvo a punto de decir algo, pero prefirió callar, no podía confiar en su mente, pero algo era seguro, ver a Paloma frente a frete, había provocado que su mente se revolviera. — Celeste… — Dijo Pietro mientras la volteaba para tenerla de frente. — Dime… — Respondió la mujer viéndolo a los ojos. — Hace 20 años tuve un accidente, perdí todos mis recuerdos, lo que soy y vez ahora, no es nada de lo que era antes, el hombre que ves ahora es lo que pude construir después de ese accidente. Estuve en coma y muchos otros estados más por 5 años, cuando desperté no podía valerme por mí mismo, la
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Incidente grave (Parte 1)
Pietro dejó en la puerta a Celeste, algunas profesoras cuchichearon cuando vieron a aquel apuesto caballero ayudar a descender del auto a la chica, la mayoría de las profesoras del colegio conocían a Pietro Pellegrini. Aquel encantador hombre, poseía un atractivo físico difícil de pasar desapercibido y al ver que Celeste bajaba de la mano de aquel hombre, sintieron celos, lo que provoco esos cuchicheos. Celeste se percató de ello, pero prefirió no darle mayor importancia, el tema de su reciente relación solo le incumbía a ella y él, nadie más podría opinar, con ello en mente llego al aula de profesores, dejo sus cosas y se preparó para la clase. La directora del colegio se acercó y le pidió pasar a su oficina, aquellos cuchicheos rápidamente habían llegado a los oídos de la directora, que quería entre otras cosas confirmar o descartarlos. — Miss Zanini, usted sabe que este colegio es un lugar de trayectoria familiar y los rumores, no son algo que acepte en la institución. Le pido que
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Incidente grave (Parte 2)
Celeste estaba en una especie de trance, ella estaba preocupada por los niños, sin darse cuenta de que era ella la más afectada. — Miss, por favor, revise… Revise a los niños… Los niños… — Repetía Celeste sin poder levantarse. — Celeste, tranquila, todo va a estar bien, ya pedimos ayuda, los niños están bien. Celeste sabía que estaba mintiendo porque podía escuchar el llanto de ambos chiquillos. — Mis niños, por favor, vayan, bájense del escenario, ahorita, me levanto, tranquilos, bajen… Por favor, bajen, no es segur… — Dijo Celeste, luego se desmayó. La directora del colegio se angustió y trato de levantar ella misma el bastidor, pero era demasiado pesado, más fue su susto al ver sangre debajo de las piernas de la chica. — ¡DIOS MÍO! – Grito la directora llevándose las manos a la boca. Enzo y Gio querían subir al escenario, pero la directora se los prohibió, rápidamente un grupo de hombres llego al escenario y entre al menos 6 personas levantaron el bastidor. Celeste est
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Incidente grave (Parte 3)
Valeria se levantó del asiento, queriendo ver a quien le pertenecía esa voz familiar, grande fue su sorpresa, cuando la secretaria abrió la puerta, una silueta familiar, un rostro familiar estaba frente a sus ojos, el rostro de Valeria palideció, sus ojos se abrieron mucho más y luego de ello todo comenzó a girar. La madre de Gio casi cae al suelo, pero aquel hombre logro sostenerla, era evidente el estado de embarazo de aquella mujer, Enzo y Gio se asustaron al ver la reacción de Valeria, corrieron a tratar de ayudarla. La directora, al ver la reacción de los niños, se levantó del escritorio y le habló a la secretaria para que se los llevara y trajera un botiquín. Pietro por su lado, cargo el cuerpo inerte de Valeria y lo deposito con sumo cuidado en el sillón que estaba en la oficina de la directora, al momento Pietro no pensó en lo que acababa de ocurrir, solo pensó en que debía sostener a la mujer que tenía ante él. Los niños obligados tuvieron que abandonar la oficina de la di
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