Para completar mi tragedia, siento que el colchón se hunde, él se sienta en la cama y para darle un peor toque, me descubre la cabeza.—Marianne… Sé que estás despierta. Deja de fingir.Esa voz.Esa voz no es la de Mateo. Me levanto como si me cayese un rayo, y allí está él, Luciano. Sentado en la m
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